Han pasado más de dos años desde que escribiera una entrada relacionada con Albert Einstein.
En 2019 aproveché mi asistencia al Festival Starmus en Zurich para hacer esta entrada. En 2020, justo antes del comienzo de la pandemia, una visita relámpago a Praga sirvió como excusa para esta otra.
Berlín debía ser la tercera entrega de esta serie pues es, cronológicamente, la siguiente ciudad donde Albert Einstein residió antes de su exilio en Estados Unidos.
Einstein vivió en Berlín de 1914 a 1932, periodo en el que residió en varios apartamentos y casas. Pasemos a visitarlos.
Ehrenbergstrasse 33, Dahlem.
La primera residencia en Berlín de Einstein y su familia (Mileva y sus hijos Hans Albert y Eduard) fue en el barrio de Dahlem (entonces un suburbio de la ciudad).

La elección de la casa vino motivada por la oferta de trabajo recibida en Zurich durante la visita de Max Planck y Walther Nernst. En Julio de 1913 le ofrecieron el ingreso en la Academia Prusiana y de Ciencias y el puesto de Director en un nuevo Instituto de Física (en el cuál no tendría obligaciones docentes ni administrativas). Vamos, que sólo tenía que dedicarse a pensar en sus cosas…

[Fotograma de la escena del biopic de Einstein de National Geographic (2017)]
Como Einstein no gustaba de tareas «nimias» envió a su mujer Mileva para que eligiese la futura residencia. Y ésta, con la ayuda de Fritz Haber y su mujer Clara, terminó eligiendo el apartamento de Ehrenbergstrasse 33.

Mileva y sus hijos se instalaron en el apartamento a mediados de Abril de 1914; La madre de Einstein, Pauline también les acompañó. Si habéis leido el libro que recopila las cartas entre Einstein y Mileva sabréis que la relación entre ambas era todo menos amistosa. La relación con Albert llevaba tiempo empeorando (y éste ya había empezado a «intimar» con su prima) por lo que…
apenas dos meses después, a finales de Julio de 1914, Mileva arrampló con hijos y equipaje de vuelta a Zurich (tras un mes en casa de su amiga Clara durante el cuál el matrimonio Haber intentó mediar entre ellos) dejando compuesto, pero con prima, a Albert en Berlín.
Albert residió en la casa hasta finales de 1914.
En la actualidad una de las placas memoriales de Berlín recuerda el paso del genio por dicha casa.
Wittelsbacherstrasse 13, Wilmersdorf.
Tras la ruptura con Mileva, Einstein vivió solo durante una temporada. Como en sus tiempos de estudiante.
Solo, pero acompañado frecuentemente de su prima Elsa, quizás el principal motivo de su desplazamiento de Zurich a Berlín.
Einstein fue uno de los primeros inquilinos de este edificio que acababa de construirse. En la tercera planta disponía de un modesto apartamento de tres habitaciones según comenta en una carta a su hijo a principios de 1915. Incluso disfrutaba ya de teléfono, un lujo que empezaba a ser popular entre los berlineses acomodados.

Fue en este apartamento donde Einstein pudo tener la concentración necesaria (sin que nadie le molestara) para finalizar la Teoría General de la Relatividad. Podemos imaginarnos al genio viviendo abandonado enfrascado en sus papeles aislado del universo. Finalizar la teoría General de la Relatividad tuvo un precio: cayó enfermo.
Necesitaba que le cuidaran y su prima y amante Elsa Löwenthal estaba dispuesta a hacerlo. Así que a finales del verano de 1917 consiguió que dejara su agujero de soltero para mudarse definitivamente con ella.

Wittelsbacherstrasse 13.

Haberlandstrasse 5, Schöneberg.
Elsa Einstein, que había recuperado su apellido tras el divorcio de su primer marido Max Löwenthal, vivía en el barrio que se denominaba «la Suiza judía» y residía en esa casa desde 1908 con sus dos hijas.
Debido a que todavía no había logrado el divorcio de Mileva, Albert aún mantuvo las apariencias alquilando un pequeño apartamento en el cuarto piso (pero conectado con el de Elsa). Así estuvieron hasta el 2 de Junio de 1919, día de su boda.

Por el salón del apartamento pasaron grandes personajes de la época como Charles Chaplin, Franz Kafka, Max Liebermann, Heinrich Mann, Lise Meitner, Max Planck y un largo etcétera. Imaginad al genio de Ulm deleitando con su violín a sus invitados (gustaba de alimentar el alma de sus huéspedes).

Fuente: The Edythe Griffinger Portal.
La casa fue destruida en los bombardeos durante la segunda Guerra Mundial. Hacía tiempo que había dejado de ser un barrio de intelectuales y comerciantes judíos. La mayoría de sus residentes se exiliaron o murieron en campos de concentración durante el III Reich. Ni siquiera se respetó el nombre de la calle ya que en 1938 pasó a ser llamada Nördlingerstrasse. No recuperó su nombre hasta bien entrados los años noventa.

En la actualidad, en las inmediaciones de Haberlandstrasse 8, se puede ver la estela de la imagen anterior. Y es gracias a un español, Gregorio Ortega Coto. Gregorio es un entusiasta del legado de Einstein (como yo mismo, pero en serio). El Señor Ortega reside en uno de los apartamentos del edificio y en 2013 obtuvo los permisos necesarios para instalar la estela en el espacio público para lo que organizó un crowfunding con objeto de financiarla. He sido uno de esos turistas que han ido a fotografiarla y espero que Gregorio me viera desde la ventana. Gracias, Gregorio.

(retirada porque las fechas eran incorrectas)


Burgunderweg 3, Boxfelde (Spandau)
Gedankenexperiment o experimento mental. Así es como Einstein denominaba aquellas situaciones imaginarias que le sirvieron para idear sus mayores descubrimientos físicos.
Para poder imaginarlos y analizarlos Einstein necesitaba tranquilidad y paz.
«La contemplación profunda no prospera en el bullicio. Por eso la vida en la ciudad no es apropiada para estudiantes e investigadores.«
Albert Einstein, 1924.
Einstein gustaba de la tranquila y pacífica vida campestre que disfrutó de niño. Recordemos aquellos viajes en bicileta en su juventud en Italia que le hacían preguntarse cómo se vería el universo moviéndose a la velocidad de la luz.

Estas son las palabras que Carl Sagan pone en la mente de un joven Einstein de 18 años durante su estancia en la Toscana en el verano de 1895. La paz de la vida campestre hacía germinar su pensamiento.
Viaje a través del espacio y el tiempo. Capítulo 8 de Cosmos (La original).
Por eso en cuanto pudo se buscó un pisito en las afueras con vistas a la campiña del lander berlinés.
A principio de los años 20, los Einstein (recordad que tanto Albert como Elsa tenían el mismo apellido ya que eran primos) disfrutaron de una casita alquilada en las afueras de Berlín. Aunque Albert se refería a ella como «su castillo de Spandau», no era lo que él necesitaba para concentrarse fuera de la bulliciosa Berlín. Solo pasaron un verano en este apartamento.

Am Waldrand 15-17, Schwielowsee (Caputh)
La oportunidad de tener una auténtica residencia en las afueras les llegó a principio de 1929. La ciudad de Berlín quiso obsequiar al ya universalmente famoso científico con motivo de su cincuenta cumpleaños con una residencia en una zona realmente de alto standing para la época.
En aquella época Einstein andaba enzarzado en discusiones políticas y científicas con grupos «nazionalistas» y eso influyó en que el consejo que debía aprobar el presupuesto no acabara de tomar la decisión de asignar los fondos económicos enfrascado como estaba en discusiones políticas.
Así que Einstein rechazó elegantemente la oferta… y a finales de Junio de 1929 se compró la misma parcela que en teoría iban a regalarle.
Einstein contrató al arquitecto Konrad Wachsmann. Aunque casi deberíamos decir al revés, que fue Konrad quien eligió a Einstein para diseñar su casa ya que era público el hecho del fiasco del ayuntamiento y éste se presentó en su casa de Haberlandstrasse para ofrecerle sus servicios.

Einstein fue un cliente de los quisquillosos. De esos que quieren tener todo controlado. Los requisitos que dio al arquitecto no dejaban mucha libertad creativa. Especificó el color de la madera, de los marcos de las ventanas, los parapetos, las terrazas, etc. Vamos, como alguno de los responsables de negocio con los que he tratado en mi vida profesional que querían definir hasta las tablas y relaciones de las bases de datos, por no hablar de la arquitectura del sistema…


Einstein pudo disfrutar poco la casa (la única que se construyó como el quería). Tras su huida de Alemania fue usada poco tiempo como refugio de niños judíos para pasar a ser un hotelito para oficiales del ejército alemán. Tras la guerra y el desinterés de las autoridades de la República Democratica Alemana casi acabó en ruina. Solo en el año del centenario del nacimiento de Einstein en 1979 se rescató del olvido y fue restaurada.
Es posible realizar una visita guiada a la casa siempre y cuando hayas reservado una cita previamente. No es estrictamente un museo sino que está dedicada a eventos y reuniones puntuales siempre dentro del ámbito cultural y científico.

Además de las casas en las que residió os dejo un listado de lugares relacionados con Einstein donde se pueden ver placas o suciedieron hitos importantes durante su estancia en la ciudad.
Universidad Humboldt
Si hay un lugar de peregrinación para los amantes de la ciencia es la Universidad Humboldt. Ubicada en el centro de Berlín, cerca de la orilla del río Spree y enfrente de la isla de los Museos.
Los objetos relacionados con la Ciencia en dicho lugar son innumerables así que simplemente dejo la foto de la placa relativa, nunca mejor dicho, al padre de la Relatividad General.

El camino de la memoria
En las inmediaciones del antiguo ministerio del interior se encuentra El camino de la memoria (Straße der Erinnerung), un homenaje a los berlineses (de nacimiento o de adopción) que consiguieron cosas extraordinarias y mostraron una ejemplaridad en las horas más oscuras.
Un pequeño paseo custodiado por personalidades de la ciencia, cultura y política.
Obviamente no podía faltar Albert en esa selección de personalidades.

© Wikimedia Commons
Dos citas de Einstein pueden encontrarse entre las placas conmemorativas que adornan el paseo

© Wikimedia Commons

© Wikimedia Commons
Memorial protagonistas de la Física
Este título es la traducción literal de un monumento único en el mundo. Al menos que yo sepa.
Hacer un listado grabado en piedra para homenajear a físicos y físicas que han realizado su labor investigadora en las universidades de una ciudad no es algo muy habitual en ningún país.
Habla mucho de la importancia que una sociedad da al conocimiento aportado por la investigación básica y habla más de una sociedad como la germana de la que podemos decir que si algo la caracteriza es el pragmatismo y dedicación por la ingeniería. Ingeniería y Física, dos hermanas que trabajando al unísono son capaces de las mejores obras.
Muy probablemente este muro sea un gran desconocido no ya solo para los turistas que visitan Berlín sino también para los científicos y físicos que por una u otra razón recalan en la ciudad.
Yo tuve conocimiento de él mientras me documentaba antes de mi viaje.
No había gran información al respecto. Las imágenes que encontré eran parciales y la ubicación no era muy precisa.
Tres desplazamientos tuve que realizar a los alrededores para poder llegar a él.
En el primero aproveché la primera hora de la mañana (sobre las 7:00) antes de que mis compañeros de viaje abrieran los ojos. Deambulé por la zona donde creía que estaba, incluso en patios interiores de edificaciones y… nada. Primera búsqueda acabada en fracaso.
Había que intensificar la búsqueda en la red con la esperanza de que apareciera alguna pista que me permitiera encontrarlo. Llegué a un comentario que hablaba de un lugar recóndito donde se hablaba del muro. Al día siguiente, mientras mis compañeros de viaje se repartían en la excursión en barco por el Spree y otros visitaban el museo de la Stasi, me encaminé de nuevo a la zona para encontrar que no se podía entrar debido a que estaba cerrado y solo por la tarde noche podría acceder a él.
Decepción.
Pero la perseverancia es uno de mis defectos. O la cabezonería según otros.
Así que al día siguiente volví más tarde con la esperanza de poder acceder. Pero llegué un poco temprano y todavía no se podía acceder al ¿¡ restaurante italiano !?.

¿Una pizzería?
Mis pesquisas me habían dirigido a un bar llamado Speisekombinat ubicado en Chausseestraße 116.
Aunque ya habían despejado la entrada, el lugar de copas seguía cerrado y pude ver a una camarera preparando la barra. Obviamente entré y le dije lo que había venido a buscar con la esperanza de que me dejara entrar para confirmar mi información. Su mirada ya la he visto muchas veces. Esa mezcla entre sorpresa y estupefacción que produce una persona que va buscando algo que nadie se fija pero que con determinación es capaz de lograr sus objetivos.
Me dejó entrar al interior y sí. Allí estaba lo que iba buscando.
En el interior del bar descubría un patio muy agradable para tomar copas. En ese lugar que en unas horas sería un bullicioso espacio con berlineses bebiendo cerveza me encontraba con lo que iba buscando

Una zona muy bien decorada con vegetación y una fuente central alrededor de la cual las mesas de madera esperan las jarras bien repletas de cerveza.
Y en el lado sur de este ágora estaba el premio:

El muro con los nombres y fechas de nacimiento de físicos y físicas que han aportado su conocimiento desde las Universidades de Berlín.
He creado un panorama con varias fotos pues no era posible hacer una única foto de todo el muro debido al mobiliario de la terraza.
Como no podía ser de otro modo Albert Einstein figura en la lista. Te invito a que descubras al resto y qué aportaciones hicieron para aparecer en dicho muro.

Parque de las Ciencias «Albert Einstein»
En la colina Telegrafenberg, en la ciudad de Potsdam, se ubica el ahora llamado Parque de las Ciencias «Albert Einstein».

Placa conmemorativa en el Parque ©rafasith

Placa conmemorativa en el Parque ©rafasith
El nombre de la colina delata su origen. A principios del siglo XIX se construyo en ella una de las torres de un telégrafo óptico que permitía el envío de mensajes militares entre Berlín y Coblenza. El sistema consistía en un mástil con seis brazos móviles que permitían formar diversas orientaciones para codificar las letras del alfabeto. De un punto al siguiente habia visibilidad directa y el soldadito de turno con un pequeño telescopio «leía» el mensaje codificado y replicaba en su torre para que fuera leído por el siguiente en la línea (cada estación estaba separada unos 11 km de la anterior) . Y así hasta 550 km.

En la actualidad existen varios insitutos científicos pero vamos a comentar solo los relacionados con el físico de Ulm.
Michelson Haus

Todo estudiante de física debería saber el motivo por el que este edificio toma ese nombre. Si me apuras debería decir que todo estudiante de Bachiller.

©rafasith
En 1881 en el sótano del ala oriental de este edificio (el ubicado debajo de la cúpula de la derecha en la foto) se realizó el primero de una serie de experimentos que harían explotar la cabeza de los popes de la física de la época.
Albert Michelson, físico polaco-estadounidense, ideó un experimento para verificar el efecto del movimiento de la Tierra en la medida de la velocidad de la luz.
Michelson, como todos los físicos de su época, razonaban que si se medía la velocidad de la luz en la dirección del movimiento de la Tierra alrededor del sol deberían observarse diferencias respecto a la misma medida si se realizaba en la dirección perpendicular.
Imaginad que me pongo a nadar en un río que fluye a una velocidad de 10 km/h. Yo soy un nadador mediocre que nada en las piscinas a una velocidad de 5 km/h.
Si tú estás inmóvil en la orilla del río y te pregunto cuál es mi velocidad respecto a ti me responderás sin dudar que es de 15 km/h (sumas la velocidad del río y la mía como nadador).
En la vida cotidiana sumamos y restamos velocidades tranquilamente.
En el experimento de Michelson, el rayo de luz sería el nadador moviéndose a 300.000 km/s; la Tierra sería el avance del río moviéndose a 30 km/s (en su movimiento alrededor del sol) y el agua sería el éter que se suponía que impregnaba el espacio y servía como sistema de referencia absoluto.
El experimento consistió en medir las diferencias de la velocidad de la luz medidas en dos direcciones perpendiculares (la dirección del movimiento de la tierra contra el supuesto éter y su dirección ortogonal).
Fijaos en esta animación

En A se simulan dos rayos de luz en un interferómetro que está en reposo. El camino que recorre cada rayo es el mismo.
En B el interferómetro se desplaza a velocidad constante hacia la derecha. El rayo de luz representado por un círculo negro (transversal al movimiento de la Tierra) llega antes al destino que el representado por el círculo rojo (movimiento en la dirección de la Tierra).
Si Galileo tenía razón, B era lo que cabría esperar en el detector (lo que realmente se observa en el detector son patrones de interferencia de luz, algo que queda fuera del objetivo de esta explicación).
El interferómetro utilizado en el experimento fue construido por la empresa especializada Schmidt y Haensch a instancias del Instituto de física de la Universidad Friedrich Wilhelms de Berlín (Hoy Universidad Humboldt).

El resultado del experimento no dejaba dudas: No había diferencia de velocidades en las direcciones ortogonales. Es decir, se reproducía el resultado A en contradicción con la relatividad galileana. Si te atreves con el artículo original de Michelson puedes leerlo aquí.
Michelson repitió este experimento con Edward Morley en 1887 con un interferómetro mayor y obteniendo siempre el mismo resultado: un resultado negativo que implicaba la no existencia del éter.
Este experimento es un caso paradigmático de lo que se llama un experimento físico de resultado nulo. Un experimento de resultado nulo no quiere decir que se haya medido un valor cero (la diferencia de velocidades medidas, por ejemplo) sino que los resultados del experimento hacen evidente que la hipótesis de partida no era necesaria (era falsa).
La hipótesis de partida en este experimento es que la Tierra se desplazaba respecto a un éter estacionario (éter necesario para la existencia de las ondas electromagnéticas tal y como se entendían en esa época). Dado que no se observaba diferencia de velocidad (o realmente en el patrón de interferencia de los dos caminos ópticos) se debía deducir que no era necesaria la hipótesis del éter estacionario.
El experimento de Michelson primero, y el de Michelson-Morley después, fueron unas de las bases experimentales de la Teoría de la Relatividad Especial que desarrollaría Albert Einstein.
Einsteinturm

Sin duda la estrella de la corona del Parque de las Ciencias Albert Einstein, es la Torre u Observatorio que lleva el nombre del famoso físico.
En 1916 Einstein publicó en la prestigiosa revista Annalen der Physik el artículo «Die Grundlage der allgemeinen Relativtätstheorie« («Los fundamentos de la Teoría Generalizada de la Relatividad»).
En tan temprana fecha Einstein proponía tres experimentos para confirmar su teoría del espacio-tiempo (lo de refutar ni lo contemplaba):
- Desplazamiento del perihelio de Mercurio.
- Curvatura de los rayos de luz y
- Desplazamiento al rojo de las líneas espectrales en un campo gravitatorio intenso.
No era la primera vez que Einstein enumeraba esos «efectos» diferenciales de su teoría. El 7 de Diciembre de 1915 en una carta al ministro de educación los describía para lograr su apoyo y convenciera al estamento astronómico aleman de la necesidad de realizarlos.
El primer experimento no hubo que realizarlo. El fenómeno del desplazamiento del perihelio de Mercurio fue descubierto por Le Verrier y no tenía explicación como perturbaciones gravitatorias del resto de planetas del Sistema Solar. Einstein explicó ese fenómeno en el marco de su nueva teoría gravitatoria.
El segundo experimento fue realizado por Arthur Eddington durante el eclipse total de sol de 1919 donde se «verificó» que la posición aparente de algunas estrellas se modificaba cuando sus rayos de luz pasaban cerca del sol (y éste era convenientemente ocultado por la Luna).
En ese año, 1919, Einstein se convirtió en una celebridad mediática mundial gracias a la comprobación de Eddington. El instituto de investigación de Física de la Kaiser-Wilhelm-Gesellschaft promovió que la tercera prueba fuera realizada en Alemania (lo de que hubieran sido ingleses quienes habían confirmado la teoría de Einstein tras la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial era algo doloroso para el creciente nacionalismo aleman).
No se hizo esperar la respuesta oficial del gobierno aleman, El 4 de Marzo de 1920 el ministro de educación escribe a Einstein que es de interés nacional la construcción de una torre/espectrógrafo en el observatorio de Potsdam para comprobar la tercera predicción que restaba de la Teoría de la Relatividad General. Más tarde recomendará que en los primeros 10 años de uso sea una prioridad la comprobación del desplazamiento al rojo de las líneas espectrales.
Y ¿por qué una torre?
Para justificar la construcción de una torre debemos acudir al capítulo 22 del artículo de 1916 antes mencionado. El capítulo habla del comportamiento de reglas (de medir) y relojes en un campo gravitatorio estático.

Como no sé alemán he recurrido a una traducción inglesa del artículo de Einstein realizada en 1920 para traducir al español el último párrafo:
«Por lo tanto, el reloj va más lento cuando se coloca en la vecindad de masas gravitatorias. De esto se deduce que las líneas espectrales en la luz que nos llegan de las superficies de las grandes estrellas debe aparecer desplazado hacia el extremo rojo del espectro.»
The Principle of Relativity: Original Papers by A. Einstein and H. Minkowski, University of Calcutta, 1920
Los cálculos realizados por Einstein preveían un corrimento hacia el rojo de las líneas espectrales del orden de 10-6 de la longitud de onda observada. Cuanto mayor fuera la focal del telescopio mayor sería el poder resolutivo en el espectrógrafo. De ahí que se decidiera construir en altura (una Torre) para albergar un refractor de tamaño suficiente.
El proyecto arquitectónico fue encomendado a Erich Mendelsohn que presentó los planos de un edificio extraordinario: Una torre de 14 metros en un edificio sinuoso (digno de haber figurado en la película expresionista cumbre de la ciencia ficción alemana Metropolis) donde, al igual que en la teoría de Einstein, predominaban las curvas sobre las líneas rectas. Podemos decir que es el primer edificio relativista.

No falto dinero tanto público como donaciones privadas y en 1921 el edificio ya estaba terminado. Pero la complicación del experimento pronto se hizo patente. El efecto que se quería medir era muy pequeño para la precisión de los equipos de la época. Los 14 metros de altura eran insuficientes para observar el desplazamiento espectral al rojo como predecía la teoría. Incluso con el telescopio que se construyó el efecto a medir era de 1 décima de milímetro.

El reflejo del fotógrafo soy yo.
Se tendría que esperar hasta finales de la década de los 50 para poder corroborar el efecto. Los físicos Robert Pound y Glen Rebka comprobaron el efecto mediante la emisión de rayos gamma en lo alto de otra torre (de 22 metros), pero en la Universidad de Harvard, y midiendo la ganancia de energía cuando dichos fotones van hacia el campo gravitatorio terrestre. El lector avispado se habrá dado cuenta que el experimento de la Torre de EInstein era medir un «redshift» mientras que el experimento de la Torre de Harvard fue un «blueshift».
Me faltaba el traje blanco y la pose de sujetar el cubata de Albert pero no me quejo del resultado fotográfico.

Mapa
Si te animas a visitar los lugares descritos en la entrada del blog aquí tienes sus ubicaciones para Google Map.

Bibliografía
- Albert Einstein. Su vida, su obra y su mundo. José Manuel Sánchez Ron. Editorial Planeta S.A. 2015. ISBN: 978-84-9892-897-6
- Al hilo de Moszowski… Einstein. Berlín. 1920. Javier Turrión Berges. Libros del Rescate. 2016. ISBN: 978-84-946435-1-4
- Einstein’s Berlin. In the footsteps of a Genius. Dieter Hoffmann. Johns Hopkins University Press. 2013. ISBN-13 : 978-14-21410401
- The Foundation of the Generalised Theory of Relativity. Albert Einstein. Annalen der Physik 354. 1916
- The relative motion of the Earth and the luminiferous ether. Albert Michelson. American Journal of science 22. 1881.
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