Recuerden aquel tiempo de insensata desconfianza, no sólo entre las personas, sino entre países… Con la misión Soyuz-Apolo, la idea fue crear un símbolo de la nueva forma de pensar, de impulsar un nuevo comienzo para las dos potencias.
Alexei Leonov. 25 aniversario Apolo-Soyuz.
Era el verano del año 1975. El último verano antes de que grandes cambios se produjeran en nuestro país.
Aquel verano se escenificaría una de las escenas del fin de la guerra fría (cuya derivada fue la carrera espacial a la Luna entre los dos bloques: soviético y americano).
Una misión tripulada conjunta entre la Unión Soviética y los Estados Unidos de América iba a culminar los trabajos de colaboración internacional que habían empezado allá en el lejano 1962.
Antecedentes
Se suele pensar que el proyecto ASTP (Apolo Soyuz Test Project) fue la primera colaboración de los países que lideraban los dos bloques políticos.
Ya en el lejano 1962, justo tras el vuelo de John Glenn (primer astronauta americano que orbitó la Tierra) se iniciaron conversaciones políticas que acabaron con la firma del acuerdo Dryden-Blagonravov por el que se establecían las líneas de futuras colaboraciones.
En plena crisis de los misiles de Cuba, la U.R.S.S. y U.S.A. se comprometían a intercambiar datos de satélites meteorológicos, datos del campo magnético terrestre e incluso hacer un seguimiento conjunto del satélite Echo II , un gigantesco globo de 30 m de diámetro que al estar metalizado reflejaba las ondas de radio enviadas desde tierra y servia para establecer las primeras comunicaciones tierra-espacio-tierra.
Primera colaboración espacial U.S.A.-U.R.S.S.
La carrera por ser los primeros en la Luna impidió la continuidad de este primer acuerdo.
La siguiente colaboración no sucedió en esta realidad. Sería Hollywood la que imaginara una colaboración espacial entre naves tripuladas americanas y rusas.
La película «Marooned» basada en la novela de Martin Caidin («Atrapados en el espacio» en España) nos presentaba en el año 1969 una nave Apolo con problemas que era ayudada por una nave Voskhod soviética.

Deke Slayton en su autobiografía «Deke!» afirma que esa película (mala de narices) quizás impulsó a directivos de NASA y de la agencia espacial soviética a considerar tratar posibles escenarios de colaboración y rescate en el espacio.
Preliminares ASTP
A finales de 1970 empezaron los contactos para una misión conjunta tripulado soviético-americana. 2 años de reuniones y trabajos terminaron con un nuevo acuerdo que fue firmado por Richard Nixon y Alexei Kosygin en 1972.
Durante las negociaciones se contempló un acoplamiento entre una nave Apolo y una estación espacial Salyut.

Un embrión de ISS compuesto por las estaciones espaciales Skylab y Salyut 1 y las cápsulas Apolo y Soyuz.
La dificultad de modificar el sistema de atraque de la Salyut impidió lo que podía haber sido la primera estación espacial internacional.
Durante las negociaciones se produjo la trágica muerte de la tripulación del Soyuz 11 (Georgy Dobrovolsky, Vladislav Volkov y Viktor Patsayev) tras haber establecido un récord de permanencia en la primera visita a una estación espacial, Salyut 1. Este hecho también influyó en que se descartara el proyecto Apolo-Salyut.
En el acuerdo firmado se estipulaba que el proyecto de cooperación finalizaría con el acoplamiento en órbita de una nave Apolo norteamericana y una nave Soyuz sovietica.
Tripulación Apolo
En la primavera de 1972 el todopoderoso Deke Slayton, jefe de la oficina de astronautas, asignó la primera tripulación para la nave Apolo que se acoplaría con la rusa:
Jack Swigert (piloto del módulo de mando), Vance Brand (piloto del módulo de acoplamiento) y … Deke Slayton (Comandante).
Sí. Se asignó él mismo.

Slayton se incorporó al cuerpo de astronautas con la primera remesa de los 7 del Mercury. De hecho, estuvo asignado para una misión tras el vuelo de John Glenn. Una cardiopatía previa impidió, por las recomendaciones del equipo médico, que Slayton fuera el segundo americano en órbita.

Como compensación fue nombrado Jefe del cuerpo de astronautas con la misión de elegir las tripulaciones de todos y cada uno de los vuelos tripulados. Si querías volar no podías llevarte mal con él…
Pero el desafortunado Jack Swigert (recordad que fue asignado a última hora para el vuelo del Apolo 13) se quedó fuera de la misión Apolo-Soyuz.
En el verano de 1972 estalló el escándalo de los sobres matasellados del Apolo 15.
Los astronautas (todos) tenían la costumbre de llevarse «cosas» al espacio y luego sacar un «sobresueldo» a la exigua paga de funcionario federal. Prácticamente todos lo hicieron. Las compañías de seguros no firmaban pólizas de seguros de vida a los astronautas ya que consideraban que el riesgo era muy alto y, como decía un amigo mío: «aquí venimos a ganar dinero».
Así que la firma de autógrafos, de objetos que hubieran estado en el espacio, les permitía tener unos fondos para la familia en caso de accidente.

En la investigación del Senado se preguntó a todos los astronautas sobre estas prácticas (todo el mundo lo sabía y se hacía la vista gorda). Jack Swigert declaró en primera instancia que él no había firmado nunca ese tipo de sobres. Pero, unas semanas después, cambió su declaración (vamos, que lo había hecho como casi todos).
Mentir está feo y en una declaración jurada, más. Eso le costó el puesto en la misión y abandonó la NASA para dedicarse a la política (en esta actividad la sinceridad no está tan sobrevalorada).
Thomas Stafford fue elegido como comandante de la misión tras el último vuelo del Apolo a la Luna. Deke fue relegado a piloto del módulo de acoplamiento pero como dijo él mismo tras conocer que dejaba de ser el comandante:
«¡Qué demonios! ¡Volar es volar!»
Deke Slayton.

Tripulación Soyuz
Los rusos, fieles a su costumbre de secretismo, tardaron en comunicar las personas que formarían parte de la tripulación de la Soyuz.
La presentación de la tripulación se realizó en la exhibición aérea de París en 1973.
La tripulación incluía como comandante a Alexei Leonov (primer hombre en realizar un paseo espacial durante la misión Voskhod 2) y Valeri Kubasov (veterano del Soyuz 6) como ingeniero de vuelo.

La selección de Leonov y Kubasov fue realizada por Vladimir Shatalov (homólogo de Slayton en el programa soviético) ya que la misión que tenían prevista de pasar una semana en una Salyut (Kosmos 557) fue cancelada por problemas técnicos en la estación.
Leonov era un tipo simpático (el Wally Schirra ruso según Deke), siempre bromeando. Kubasov era más introvertido y callado (mirad la foto superior del sello de las islas Cook cómo refleja las personalidades de ambos).
Durante los años de preparación de la misión, cada equipo visitó las instalaciones del otro, tuvieron que aprender el idioma y compartieron amistad. Leonov y Stafford se hicieron muy amigos. Alexei llamaba a Tom «su hermano americano». Fue el padrino de sus hijos más pequeños.
Una anécdota que define muy bien la personalidad de Leonov es que siempre decía que en la misión conjunta se hablaban tres idiomas: inglés, ruso y «Oklahomski» (Stafford tenía una manera muy peculiar de pronunciar las «r» en ruso).
Misión Conjunta
Mucho se ha escrito ya de esta misión. En el blog Eurekablog de Daniel Marín hay una entrada por el 35 aniversario de lectura obligatoria.
Así que yo os voy a contar ahora algo que quizás no sea tan conocido. La aportación fundamental de Telefónica en este proyecto.
Cooperación NASA-Telefónica
No fue la primera ni la última colaboración entre NASA y mi empresa, Telefónica de España. Tampoco fue la última en la que participaron personas de mi primer Departamento en esa empresa, el de Sistemas de Comunicaciones por satélite. Y por supuesto, tampoco fue el último proyecto de NASA en el Centro de Comunicaciones por Satélite de Buitrago, uno de los lugares donde, posteriormente, colaboré en algunos proyectos .
España siempre ha tenido una gran importancia para los proyectos espaciales americanos.
Fue elegida como lugar para emplazar estaciones de seguimiento para los programas tripulados (Fresnedillas, Maspalomas, Robledo de Chavela). La fortuna de estar a unos 120 grados de longitud del territorio americano y la de ser un país «barato» en los años 50 y 60 favoreció su elección para estas instalaciones.

Circuitos secundarios para el Proyecto Mercury.
Exposición «De Madrid a la Luna» en Espacio Fundación Telefónica.
En 1966 se firmó un acuerdo entre NASA y el Gobierno de España para la consolidación de las infraestructuras de Maspalomas que fue publicado en el BOE de 29 de Abril. Telefónica suministró 6 canales de voz y datos y 2 canales de teletipo.
En 1967 se firmó un contrato entre Telefónica y NASA para que la primera proporcionara soporte en la transmisión de datos y vídeo de las misiones espaciales desde las ubicaciones donde se recibían (Fresnedillas y Robledo) hasta Estados Unidos utilizando satélites INTELSAT.

Exposición «De Madrid a la Luna» en Espacio Fundación Telefónica.
El Centro de Comunicaciones por Satélite de Buitrago de Lozoya se convirtió en un un nodo fundamental para comunicar las instalaciones NASA en España con los diversos centros en USA. Fueron contratados cinco circuitos bidireccionales de 48 kilobits por un precio de 1 millón de dólares de la época.
Durante los meses de Julio y Agosto de 1975, varias antenas de Buitrago permitieron que las imágenes del Apolo fueran transportadas hasta el Centro de vuelos espaciales Goddard, que centralizaba el control de la misión .
Vamos a explicar el esquema de transmisión sobre este esquema del año 1975 y fue publicado en el periódico ABC.

El esquema no refleja la naturaleza espacial porque ubica el conjunto Apolo-Soyuz y los satélites de comunicaciones (ATS-& e Intelsat IV) a la misma altura en órbita.
En la animación que encontrarás más abajo se refleja mejor esa distancia (Apolo-Soyuz estaban a 225 km de altura y los satélites a 35786 km).
En este proyecto, por primera vez, se iba a utilizar una técnica nueva de telecomunicaciones: utilizar un satélite geoestacionario para retransmitir la señal de las naves tripuladas hasta las estaciones terrenas. Uno de los motivos es que para estas fechas muchas de la estaciones de NASA utilizadas para el Proyecto Apolo ya habían sido cerradas (El proyecto Apolo había finalizado con el viaje del Apolo 17 en Diciembre de 1972).
Otro motivo es que las dos naves iban a ubicarse en órbita baja (225 kilómetros de altura) y el uso de las antenas de 26 metros no era posible. Los enlaces de tracking directos debían utilizar antenas de menor diámetro (9 metros) en banda-S.
Para ello se utilizó uno de los nuevos satélites de aplicaciones de NASA (ATS-6). Con el uso de un satélite geoestacionario el tiempo de cobertura de una estación terrena aumentaba de 6 a 55 minutos. Una mejora muy considerable que permitiría reducir la red de seguimiento que NASA tenía alrededor del mundo.
El satélite ATS-6 se posicionó sobre el ecuador en la órbita geoestacionaria (en la vertical del Lago Victoria en Kenya). Para los no iniciados esa órbita tiene la particularidad que el periodo de la misma es igual al periodo de rotación de la Tierra, de ahí que los objetos que se sitúan en ella «parezcan» estar fijos en el cielo y por tanto no es necesario hacer un seguimiento para compensar el movimiento diurno de la Tierra.

Al girar a la misma velocidad que la Tierra (su órbita tiene un periodo de 23 horas, 56 minutos, y 4.1 segundos) «aparenta» estar fijo en el cielo. Imagen de NASA.
NASA contrató a Teléfonica el uso de varias de sus Estaciones Terrenas ya que por su ubicación permitía cubrir la zona de la órbita donde iban a ocurrir los eventos más importantes.

Durante la misión la antena del satélite ATS-6 apuntaba hacia el limbo exterior de la Tierra enviando una portadora (2077.4 MHz) que recibida por la antena de banda ancha del CSM (Command Service Module del Apolo) permitía hacer seguimiento mientras el Apolo giraba en la órbita inferior. La misma antena emitía (portadora: 2256 MHz) la telemetría, audio y vídeo hacia el ATS-6 en la órbita superior que realizaba la conversión a banda-C (3756 MHz) y era retransmitida hacia la antena de Buitrago-II.
La misma antena Buitrago-II emitía hacia el satélite (portadora: 5952.4 MHz) señales de telecomando que eran retransmitidas en Banda S por el satélite ATS-6 hacia el conjunto Apolo-Soyuz.
Una vez en Tierra la señal de audio y vídeo del Apolo-Soyuz se transportaba desde Buitrago-II por cable coaxial en banda intermedia (70 MHz) para ser inyectada a la estación Buitrago-I .
De nuevo usando Banda-C se volvía a subir a la órbita geoestacionaria. En este caso el satélite Intelsat IV F-7 permitía la comunicación con la estación terrena de Andover en Maine, U.S.A.
Y de allí, ya por enlaces terrestres, se transportaba hasta el Centro Espacial Goddard en Maryland que centralizaba la distribución de las señales a todo el mundo.
En este vídeo se escenifica el camino de la señal del Apolo-Soyuz con los diversos tramos y saltos entre instalaciones.
Telefónica ingresó unos 18 millones de pesetas (de la época) por este proyecto.
Pero el proyecto de colaboración en España incluía más infraestructura en las estaciones de NASA en Madrid.
La estación de NASA actúo como nodo primario para el vídeo en tiempo real. Recibía la señal en Banda-S directamente desde el CSM (Command Service Module) cuando el Apolo se encontraba en el punto de la órbita adecuada.
Esta señal, de nuevo mediante la infraestructura de Telefonica, era transportada con un radioenlace temporal hasta la central de Prado del Rey y desde allí hasta Buitrago en dos canales del radioenlace permanente utilizado por Buitrago.
La señal tenía que ser recibida en Buitrago por un equipo que NASA suministró y que se ubicó en los equipamientos de la antena Buitrago-III.
Y de allí se retransmitía hacia el satélite Intelsat IV F-3 para retransmitirlo al otro lado del Atlántico. La señal era recibida en ETAM y de allí por enlaces terrestres, a los edificios 8 y 30 del Centro Espacial Johnson en Houston, Texas.
NASA utilizó una antena transportable como terminal híbrido. Como he comentado antes, el satélite ATS-6 fue reposicionado en la órbita para el proyecto Apolo-Soyuz y para un proyecto de educación mediante vídeo en la India (En este proyecto también participó Telefónica con Buitrago pero esa es otra historia). La reposición del satélite exigía un elemento de control ya que las estaciones terrenas utilizadas en su posición antigua (Rosman y Mojave) dejaban de tener visibilidad del satélite.
La antena transportable que se ubicó en las instalaciones de NASA podía haber sido usada en lugar de Buitrago. Pero al ser una transportable tenía un plato (disco de la antena) de 9 metros. Con esa antena en banda S la relación Señal/Ruido (G/T) estaba en el límite para el enlace de recepción de vídeo. Por ese motivo se utilizaron las antenas de Buitrago de 24 metros de plato (unas paelleras en condiciones 🙂
He podido hablar con algunas de las personas de Telefónica que participaron el proyecto. Aún habiendo transcurrido 45 años mantienen recuerdo de muchos detalles del proyecto.
Ya os habréis dado cuenta de que otra de mis aficiones es la filatelia de temática astronáutica. Os dejo dos de los sobres que se emitieron para conmemorar este proyecto de NASA con Telefónica.


¿Qué queda de aquella infraestructura de Telefónica?
Hierros… y silencio…
El Centro de Comunicaciones por Satélite de Buitrago hace años que no cursa tráfico. La parte de segmento espacial fue en parte desmantelada y solo las antenas de hierro quedaron como mudos testigos de una época de esplendor.
En el edificio donde se ubicaba la sala de control todavía reverberan antiguos sonidos de pruebas de PIRE, medidas de señal ruido e incluso aún se puede oír la voz de Charlie Duke (piloto de LM del Apolo XVI) cuando sorprendido oyó una frase en castellano en la Luna (se cruzó una conversación con un operario de Telefónica que se llamaba Manolo).


Experimento Eclipse Artificial
La misión conjunta Apolo-Soyuz no se quedó en un apretón de manos de los adversarios (cuando no enemigos) en órbita.
27 experimentos fueron programados para realizar durante la misión. Había que aprovechar la última misión tripulada americana en 5 años hasta el lanzamiento de la primera lanzadera, Columbia. Los cinco años se convirtieron en seis debido a múltiples retrasos en el proyecto). Hasta el 12 de Abril de 1981 no volaría ningún norteamericano al espacio,
Voy a centrarme solo en uno que me parece interesante ya que he podido realizarlo en la superficie de la Tierra.
Me refiero al experimento MA-148: Eclipse solar artificial.
El experimento proponía utilizar la nave Apolo para ocultar el disco solar a la nave Soyuz de modo que los cosmonautas rusos pudieran fotografiar la corona solar.
Para ello se programó un desacoplado temporal de las dos naves que se llevaría a cabo de modo manual con objeto además de calibrar el combustible consumido en esta operativa.
Antes del desacoplado de ambas naves, el conjunto debía orientarse de modo que la gran tobera del SPS apuntara directamente al sol de modo que durante la separación los tres objetos (nave Apolo, nave Soyuz y Sol) estuvieran alineados.
Justo antes del amanecer Deke Slayton a los mandos del CM del Apolo inició la maniobra de separación.
A 225 metros de distancia la nave Apolo abarcaba dos discos solares y Leonov y Kubasov podían entonces fotografiar la corona solar y de este modo hubieran podido realizar las únicas fotografías coronales de 1975 ya que ese año no hubo ningún eclipse solar total.
Las fotografías se realizaron desde la ventana del OM de la Soyuz a la que se había colocado un parasol para evitar la luz reflejada por la Tierra y por la propia nave.

Los resultados del experimento fueron analizados por los científicos soviéticos.
Según su análisis la corona solar se observó en 17 de las 55 tomas fotográficas realizadas y se obtuvieron medidas de la corona (hasta 50 radios solares en el plano de la eclíptica.


El experimento sirvió para demostrar que era posible realizarlo. Aunque la difracción de la luz en el CSM estropeaba las imágenes, se consiguió obtener datos de la corona.
También se aprendió una lección que para que este método sea realmente útil, la nave u objeto empleado como luna artificial no debe tener propulsores ya que las partículas que emiten se quedan en las inmediaciones de la nave añadiendo ruido a las tomas.

Experimento «Hobbit»
No busques ninguna referencia a este experimento. El nombre se lo he dado yo.
Los tres astronautas norteamericanos tenían que realizar mediciones muy precisas de su altura durante los 5 días de misión.
Se había observado durante las misiones anteriores que los astronautas «crecían» en el espacio ya que la falta de gravedad incrementaba el espacio entre vértebras de la columna por lo que los astronautas regresaba más altos del espacio.
Eso no era un problema para la reentrada en la atmósfera en las naves Apolo.
Pero sí podía serlo para la reentrada de la futura nave espacial americana, el Shuttle. En la reentrada del Shuttle los astronautas tenían que emplear las piernas ya que al descender como una avión, el astronauta debía accionar con los pies los pedales de control de los alerones.
NASA estaba preocupada de que crecieran lo suficiente como para no encajar cómodamente en el asiento.

Las medidas convencieron a los ingenieros de que podían desestimar el impacto del crecimiento en periodos cortos en el espacio.
Un final…casi trágico
La misión se desarrollo sin ningún incidente de mención.
Pero pudo haber terminado como la malograda misión del Soyuz 11 en la que cuando abrieron la escotilla tras el aterrizaje se encontraron a los tres cosmonautas muertos en el interior.
Durante la reentrada se produjo un incidente que liberó tetróxido de nitrogeno en el interior de la cápsula. Ese gas era utilizado en el sistema de control de reentrada.
Hubo un fallo en uno de los procedimientos de check que tan escrupulosamente se certifican en las pruebas durante meses.
A 12 kilómetros de altura debía haberse cerrado el sistema de propulsión que permitía la orientación de la cápsula durante la reentrada. Pero o a Stafford se le olvidó, o Brand no le escuchó y uno por otro… la casa sin barrer. Los paracaídas se liberaron pero nadie cerró los conductos que proporcionaban el gas de control.
Al darse cuenta de la situación Stafford sacó las mascarillas y tuvo que ponérsela a Brand que había quedado inconsciente. Slayton tosía profusamente pero pudo colocarse la mascarilla el solo.
Para rematar la faena, la cápsula Apolo quedó en el agua en posición invertida. Los astronautas quedaron colgados de sus cinturones de seguridad bamboleandose por las olas del mar.

Imaginaos la escena: Brand desmayado y respirando con dificultad, Slayton nauseabundo y Stafford rechazando la luz blanca del final del túnel (que ya sabemos qué significa).
Afortunadamente la nave alcanzó la posición de estabilidad I y pudieron purgar la atmósfera del interior de la cápsula y, por fin, los hombres rana del equipo de rescate los sacaron para ser izados al helicóptero que les llevaría al portaviones.
Tuvieron que permanecer dos semanas en un hospital de Honolulú (Hawai) para recuperarse de la intoxicación. Slayton además tuvo que prolongar su estancia porque le detectaron una lesión en su pulmón izquierdo producida por un tumor benigno. Moriría años después de cáncer.

Abajo el Deke Slayton de ficción en la misión Apolo XXIV en la serie de TV For all Mankind.
Así fue el último «splashdown» de una nave americana. Muy pronto volveremos a experimentarlos con las nuevas naves tripuladas.
Para acabar esta ecléctica entrada os dejo una de mis joyas originales. Tuve la oportunidad de conocer a los dos comandantes de esta misión en dos eventos astronáuticos distintos.
Alexei Leonov y Thomas Stafford firmaron, entre otras cosas, esta fotografía de mi pequeño museo astronáutico. El Primero en firmarlo fue Leonov y, un par de años después, Stafford. Le hizo mucha ilusión ver que ya lo había hecho Alexei.

Finalizo con unos sellos en los que se representa un país imaginario con una bandera muy particular. Con menos se han hecho distopías alternativas.

Documentación
Memoria del ejercicio social 1975. Compañía Telefónica Nacional de España.
Gran Vía, 28. 1919-2019. Fundación Telefónica.
ABC (Madrid). Edición impresa de 12 Julio 1975. Pág. 75.
Cooperative Efforts and the Stages Previous to Internationalization: The Case of Telefónica. Ángel Calvo.
Historia de Telefónica: 1924-1975. Fundación Telefónica.
Ayer, hoy y mañana de la información espacial: metamorfosis del periodismo especializado en la era espacial. Nadjejda Vicente Cabañas. UCM.
Apolo-Soyuz Test Project: Summary Science Report. Volume 1.
ATS-6. Final Engineering Performance Report.
Apollo Soyuz mission, toxic gas entered cabin during earth landing sequence.
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