¿Qué es Starmus?
Hace poco más de una semana me desplacé a Zürich para asistir a la quinta edición del Festival Starmus.
¿Cómo definir esta reunión que se celebra cada dos años (a veces más, a veces menos)?
No es un evento de Divulgación Científica al uso.
No es tampoco una serie de charlas aderezadas con música de Queen y rock sinfónico.
Según la propia organización es una reunión donde se celebran charlas, debates, paneles, conciertos, proyecciones de películas sobre las temáticas de exploración espacial, Ciencia (sobre todo Astronomía), Arte (sobre todo música) y Humanidades (de esto hay más bien poco) y a la que asisten astronautas y cosmonautas, premios Nobel, científicos, ingenieros y tecnólogos con personajes más o menos mediáticos relacionados con esos temas.
Un sin fin de charlas y mesas redondas alrededor, no de una espada como decía Arturo, sino de un tema relacionado con la conquista espacial.
Este año no podía ser otro que el quincuagésimo aniversario de la llegada del ser humano a la Luna: «A Giant Leap».
Starmus empezó a celebrarse en el año 2011 en España (Tenerife) gracias al tesón de un científico armenio-español que trabaja en el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC).

No sé cómo logró liar a Brian May, el guitarrista de Queen y doctor en astrofísica en sus ratos libres para reunir a una serie de personajes en la primera edición del Festival.

Muy lamentablemente (es algo de lo que me arrepentiré siempre) no fui a esa edición.
No recuerdo cómo me enteré pero tengo un correo del día anterior al comienzo del Festival preguntando a mis amigos que cómo se nos había pasado esa noticia.
Así que perdí la oportunidad de ver en vivo a Neil Armstrong. Lamentablemente, al año siguiente falleció tras complicaciones en una intervención quirúrgica.
No me perdí las siguientes ediciones de Canarias en los años 2014 y 2016.
Entonces ocurrió lo que se veía venir. El Festival abandonó España. Y el motivo, el de siempre: falta de financiación por parte de promotores privados.
Un Festival como éste necesita mucho dinero para gestionarse.
Y no es porque los ponentes cobren nada por su participación (que no lo hacen según Neil deGrasse Tyson). Pero claro, su desplazamiento es a gastos pagados y una semana de ponentes y familias en un hotel de lujo de algún sitio tiene que salir.
Por ese motivo el año 2017 el Festival se trasladó a Trondheim (Noruega). Y este año, a Zürich (Suiza).
El año 2017 falté a la cita ya que ese mismo verano tuve que elegir entre el Gran Eclipse Americano en Oregón con toda la familia o Starmus.
El eclipse fue espectacular…
Así que este año no me iba a perder la nueva edición de Zürich.
El Festival suele recibir críticas: es elitista, no está al alcance de todos los bolsillos, etc.
Y, desde luego, no es barato. Igual que no es barato ir a unas olimpiadas, a un campeonato de fútbol o no es barato acudir a un concierto o a una ópera.
En cuanto a lo de elitista, por mi experiencia, os diré que las personas que acuden a este evento son personas con interés por la astronáutica y la ciencia en su mayoría; los menos, los interesados en la música. Obviamente son de nivel adquisitivo alto y la gran mayoría diría que son norteamericanos, aunque es una impresión tras hablar con muchos de ellos.
Quizás me critiquen por ir a este evento. Pero mientras pueda, seguiré haciéndolo. Alterno con otros eventos gratuitos o de pago. En contadas ocasiones se tiene la oportunidad de hablar con astronautas del principio de la era espacial (y eso es algo que más pronto que tarde dejará de poder hacerse debido al implacable paso del tiempo). O que un premio Nobel como Adam Riess te cuente durante la cena sus últimos descubrimientos, o que el mismísimo Kip Thorne te explique, cubata en mano, cómo el astronauta Cooper pudo descender al planeta de Miller en órbita del agujero negro Gargantúa en la película Interstellar. Y más…
Si se hace el cálculo de lo que cuesta la hora del festival os digo que, en mi caso, merece la pena el desembolso.
Tras esta pequeña introducción paso a haceros un resumen fotográfico del evento.
Lunes, 24 de Junio.
El Festival empezaba por la tarde, así que dediqué la mañana a finalizar el peregrinaje por lugares «relativistas» de la ciudad que había comenzado el día anterior y que será objeto de otra entrada del blog (próximamente).
Cuando ya me disponía a regresar hacia el tren, me encontré con una persona de la organización que conozco.
Tardé menos de un milisegundo en preguntar dónde se alojaban los ponentes
Me dijo que la rueda de prensa se iba a celebrar en breve. Así que tenía que darme prisa para llegar.

Nada más salir del ascensor me cruzo con Charlie Duke. Llegaba justo a tiempo.
Además de hacer fotos tuve la oportunidad de hablar con 3 de ellos. Incluso les hice una grabación preguntando experiencias de sus vuelos.
El rendez-vous con Buzz fue difícil de acometer. Se retiró pronto por una indisposición. No olvidemos que tiene casi 90 años.
El Festival empezó a las 19:30. El primer día iba a estar dedicado a la música y a la entrega de las medallas Stephen Hawking.
Varios artistas pasaron por el escenario con una mezcla ecléctica de géneros. Dejo aquí algunas instantáneas de los músicos.
Las actuaciones musicales se intercalaron entre las entregas de las medallas.
Al final los astronautas del Apollo hicieron los coros a Brian May.
Martes, 25 de Junio.
Tras la resaca del concierto, el Martes tocaba el día de los astronautas del Apollo.
Fue un día memorable. Solo voy a poner una foto de cada astronauta pues cada una de las charlas tendrá entrada propia en este blog.
Otros ponentes que participaron en la jornada.
Especialmente interesante la de John Logsdon, un historiador especializado en la carrera espacial.
Yuri Baturin realizó una exposición muy… soviética. Lo mejor fueron algunos esquemas de los proyectos lunares tripulados de finales de los años sesenta.
Chris Hadfield realizó una entrada apabullante. Se mueve como un artista en el escenario. Está claro que le gustan los focos.
Hubo un momento en el que todos nos preguntamos quien era un ponente que entró rodeado de guardaespaldas. Parecía uno de Los Soprano. No era otro que Armen Sarkissian, presidente de Armenia. La sorpresa fue el anuncio que hizo: Ofreció su país para el próximo festival.
Miércoles, 26 de Junio.
La mañana comienza con el panel 108 minutos.
108 minutos es el tiempo que duró el vuelo del primer ser humano en el espacio: Yuri Gagarin.
Moderado por Gerry Griffin contó con un plantel de lujo:
La visión de Tony Fadell contrastaba de manera evidente con las de los astronautas. Las dos premios Nobel, Dana y May-Britt (por dios, que espíritu más positivo) se alinearon en la postura de la necesidad de inversiones en ciencia y no solo por el avance tecnológico que casi siempre va asociado, sino por el mero placer de descubrir cómo es el cosmos.
En el paréntesis del coffee break pude conversar con el astronauta inglés y de las semillas del manzano de Whoolsthorpe Manor que se llevó al espacio.
Y con Garrett Reisman, que sigue siendo consultor de SpaceX. No me pude resistir y le pregunté qué medidas iban a tomar con el sistema Starlink pues los astrónomos aficionados (y los profesionales) estamos preocupados con la contaminación lumínica en forma de trazos en nuestras fotos de cielo profundo. No puedo adelantar nada pero sí que están estudiando varias medidas…
Tras el descanso, Brian May se empeña en enseñarnos imágenes estereográficas de la Luna.
No te esfuerzes, Brian. Yo tengo un ojo que solo ve de lejos y otro que solo ve de cerca. Así que soy incapaz de ver el efecto 3D, Cosas del LASIK y de la edad 😦

Tras mi fracasado intento de ver las imágenes lunares en 3D, un nuevo bloque de charlas.
Martin Rees, astrónomo real, hizo gala de ese fino humor inglés. Mira arriba la foto de una de sus diapositivas.
Esa misma noche teníamos una nueva actividad.
En primer lugar un nuevo panel. En esta ocasión sobre cómo el cine ha visto la carrera espacial entre USA y URSS.

Remarcable la presencia del director de la película Время первых (El tiempo de los primeros) donde se narra la aventura de Alexei Leonov y Pavel Belyayev en el Voskhod 2. Una historia que bien pudo haber acabado en tragedia y sin embargo fue un éxito propagandístico sin precedentes. Tuvimos que esperar mucho para conocer lo que se narra en la película.

Íbamos a presenciar el estreno del documental sobre el vuelo del Apollo 11 (gracias al cual su director, Todd Miller, recibió una de las medallas Hawking). Yo ya lo había visto en casa pero verlo en pantalla grande y con 6 astronautas del Apollo entre los que se encuentra uno de los protagonistas era una oportunidad maravillosa.

Las imágenes grabadas en película de 18 mm, restauradas hasta el extremo de recuperar el color original y una nitidez increíble era interrumpido, en ocasiones, por aplausos.
Por ejemplo, cuando apareció en las imágenes el CAPCOM durante el alunizaje, un jovencísimo Charlie Duke, que estaba con nosotros en la sala.
Yo estaba sentado 4 filas más atrás de los astronautas. Justo detrás de Buzz Aldrin.
Por cada mirada a la película echaba un ojo a su blanca cabeza. Los giros, los asentimientos, sus manos. Puedo decir que fue un momento muy especial para mi el disfrutar el documental (con mucha más emoción y sentimiento que alguna otra película que no nombraré) y ver las reacciones de los casi nonagenarios de la primera fila.

Al finalizar la película todo el mundo se puso en pie para ovacionar a los protagonistas de esta historia. En especial a Buzz Aldrin. Una pena que Michael Collins no se presentara. Tenía previsto acudir al festival pero al final no pudo venir.
Os dejo algunas instantáneas del momento «Buzz» tras el visionado de «Apollo 11».
Jueves, 27 de Junio.
Si el martes fue el día de los astronautas, hoy tocaba el día de los premios Nobel. Laureados; como si fueran nuevos héroes olímpicos.
Con Adam Riess estuve hablando antes de que empezara la jornada. Tiene la costumbre de llegar demasiado pronto a sus citas y quizás pensó que nadie le reconocería. Pero no contaba que mi amigo Mario y yo tuvimos la suerte de compartir mesa en la cena de gala durante el último Starmus de Tenerife.
Donna Strickland es una mujer excepcional. Es la única galardonada con el Nobel de Física… viva. También tuve la oportunidad de hablar con ella sobre el uso de la tecnología del femtolaser para eliminar basura espacial.
Aviso a navegantes: si vas a acercarte a hablar con un Nobel, lee primero por qué se lo han dado y prepara alguna pregunta sobre su trabajo. Es una táctica y estrategia que Mario Benedetti aprobaría…
Robert Williams es una persona muy cercana y además habla un castellano perfecto. Preguntarle por el HDF (Hubble Deep Field) y cómo surgió la idea es una buena técnica para acercarse 🙂
Claude Nicollier es una persona amabilísima. Está siempre dispuesto a atenderte y responder cualquier duda sobre sus trabajos de «optometrista» del telescopio espacial Hubble.
Qué voy a decir de Sandra Magnus. Una mujer que ocupó el papel del temido Dick Slayton como Jefa de la oficina de astronautas. Y varias veces en el espacio…
Tras la pausa para el almuerzo (pasta con algún tipo de salsa tooodos los días) venía el «plato principal» de la jornada.
Pero como llegó tarde se alteró el orden de los ponentes.
Antes de la estrella del día le tocó a la astrofísica Ewine F. van Dishoeck, actual presidenta de la Asociación Astronómica Internacional hablando de las aportaciones de la Astronomía a la sociedad.
Y por fin un ponente español, Xavier Barcons, actual presidente de ESO (European Southern Observatory) hablando de la poca imaginación de los astrónomos para dar nombre a los proyectos que han de venir ( por ejemplo el ELT: Telescopio extremadamente grande).
La astrofísica Nergis Mavalvala nos habló con un entusiasmo contagioso de la maravillosa nueva ventana al universo que se ha abierto con LIGO y otros futuros observatorios de ondas gravitatorias.
Por último, el laureado con un premio Nobel de química: el físico reconvertido en biólogo e ingeniero, Eric Betzig. Cuando se dio cuenta de que el trabajo de un físico era comprobar una y otra vez que Einstein tenía razón decidió buscar otro camino. Y a fe mía que lo encontró…
Entre Ewin y Xavier se coló Buzz Aldrin.
Dejo para una entrada exclusiva su charla. Podrás leerla aquí (cuando la transcriba, jeje).
El panel principal del día era el de Premios Nobel.

5 físicos, 1 químico, 1 bioqímica y 2 neurocientíficos: «Señoría… No hay mas preguntas».
Muy interesante las ideas que fueron saliendo durante el debate.
Remarco una de Edvard Moser: «Como premio Nobel he comprobado que la gente me escucha y creo que tengo la obligación y el deber de realizar divulgación científica para evitar que ideas equivocadas y erróneas calen en la sociedad». Un Nobel comprometido.
Viernes, 28 de Junio.
Tras 4 días de jornadas maratonianas, llegamos ya al viernes.
No quedaba tiempo para nada: Del Hotel al Auditorio y viceversa…
Tuve la suerte de poder pillar el hotel más cercano al lugar del festival. A menos de 10 minutos andando. Por lo que siempre llegaba de los primeros y de ese modo me garantizaba un lugar privilegiado en el centro de la primera fila (de público no VIP, claro).
Empezamos con una mañana femenina.
Natalie Batalha especialista en Exoplanetas acudió a la poesía para finalizar su intervención:
«Un día, desde las orillas de un mundo nuevo, contemplaremos el mar que nos llevó allí. Y sus olas serán estrellas.»
Rui Borges.
Nicole Stott, astronauta y artista nos habló de uno de sus proyectos que consistió en motivar a niños enfermos de cáncer para fabricar el traje espacial más chulo de la historia.
La premio Nobel Elizabeth Blackburn (originaria de Tasmania), nos habló de cómo un entorno familiar favorable ayuda a que las niñas (y los niños) mantengan la curiosidad de la infancia, clave para los científicos del futuro.
La primera cosmonauta británica, Helen Sharman, es una embajadora de la ciencia y nos contó que si ella logró ir al espacio, cualquier cosa que te propongas puede ser posible si pones el empeño suficiente (bueno…casi).
En la pausa de la comida conseguí algo impensable. Pero tampoco lo voy a comentar aquí 🙂
Alan Stern, alma mater del proyecto New Horizons, la sonda que ha visitado Plutón y Ultima Thule, un objeto del cinturón de Kuiper, sigue insistiendo en que salieron a descubrir un planeta y no un planeta enano…. (Ahora ya entiendo la fijación).
Gennady Padalka, el ser humano que lleva más tiempo acumulado en el espacio: 878 días. Ahora dice que está de vacaciones tras tantos años preparándose y trabajando en la ISS. Es alto para ser astronauta.
Long Xiao nos contó el proyecto lunar Chino. Como no se den prisa en USA se van a comer los mocos. Tuve la oportunidad de hablar con él y cuando le comenté que el futuro era suyo., se rió y respondió: «Sí».
Brian Schmidt, el astrofísico viticultor no habló de Energía oscura o expansión del Universo, sino de la primera luz tras la edad más oscura del Cosmos.
Para finalizar la jornada, un nuevo panel. En esta ocasión sobre el futuro del espacio. Contó con la participación de John Logsdon, Nicole Stott, Mikhail Kornienko,Eugene Kaspersky y Marco Preuss.
Llegados a este punto tenía la cabeza a punto de explotar y, la verdad, no me acuerdo de qué hablaron.

Al acabar me fui directamente al hotel, completamente agotado de tanto esfuerzo. Me cuesta seguir el inglés y tras cinco días estaba ya «out of memory».
Sábado, 29 de Junio.
La fiesta llegaba a su fin.
Para la jornada del sábado empezábamos con una combinación de música y ciencia que fue conducida por la maravillosa May-Brit.
Hay que reconocer que esta premio nobel neurocientífica tiene un algo que te hipnotiza.
Su voz es maravillosa, es simpática y explica con gran claridad los conceptos. Además nos acompañaron el grupo de solistas de cuerda de Trondheim y el guitarrista Steve Vai que plasmaban en sonidos musicales las explicaciones. Maravilloso.
Se iba acercando el final de una intensa semana.
El último bloque de ponencias comenzó con una solicitud especial.
El «yayo» más querido de Starmus, Robert Wilson, pidió subir al micrófono. Robert, junto a Arno Penzias, ganó el premio Nobel por el descubrimiento de la luz más antigua del universo: el fondo cósmico de microondas, luz que empezó a viajar de manera ininterrumpida desde 380.000 años después del Big Bang.
Hizo un alegato de la defensa del planeta ante el cambio climático. Directo, sin ser alarmista pero preocupado por el comportamiento de la raza humana actual y de la herencia envenenada que deja para las nuevas generaciones.
¡Es la hora de actuar!
Roger Smoot, astrofísico y premio Nobel, realizó una presentación demasiado técnica para el público asistente. En su ppt se podían ver las ecuaciones de Friedmann de evolución dinámica de la métrica del espacio-tiempo. Se vino muy arriba, sin duda.
El premio Nobel Barry Barish, por conseguir la detección de ondas gravitatorias con LIGO, habló de la astronomía multimensajero. Puso como ejemplo el evento GW170817 de fusión de dos estrellas de neutrones en un proceso denominado kilonova. Ese evento fue observado simultáneamente en ondas gravitatorias, rayos gamma, rayos X, luz visible, etc. Un auténtico hito gracias a la red de alerta temprana de los observatorios astrofísicos del mundo.
Ya solo quedaba un panel de debate. El de Vida en el Universo.
Lógicamente el debate fue conducido por Jill Tarter.
En el panel participó el segundo español en Starmus, Rafael Rebolo, Director del Instituto Astrofísico de Canarias. Tiene una tarea dura para recuperar el Festival de nuevo para Canarias. Le deseo mucha suerte en ese empeño.
Y ya…
El Festival terminó.
No.
Aún quedaba la Star Party. Pero lo de llamarla de esa forma resultaba un poco extraño.
Por la noche se despejó el auditorio y nos deleitaron con música chill-out.
Era la hora de despedirse de los nuevos amigos, intercambiar emails y emplazarnos para el próximo festival. Pensábamos que se anunciaría el nuevo destino pero nos quedamos con las ganas de saberlo.
El último día recogí esta instantánea que me encanta. Creo que es una imagen muy bella.

Si quieres ver el álbum de fotos (casi) completo, aquí.
Esta entrada es para mis amigos Mario, Manuel (de Venezuela), Diana (de Rumanía), Maribel, Unai, César, Álex, Violeta y Manuela que no han podido acudir a la edición de este año.