I – Я, Валентина

Yo, Valentina

Este año 2023 se celebran los sesenta años del vuelo de Valentina Vladimirovna Tereshkova, la primera mujer en el espacio.

Mucho se ha escrito ya sobre ello.

¿Es posible aportar un enfoque original a la hora de hablar de ella?

Difícil. Pero lo voy a intentar.

Para celebrar el aniversario de la primera mujer en el espacio voy a echar la casa por la ventana.

Esta entrada es la primera de una serie de seis en las que intentaré mostrar desde varios ángulos la historia de Valentina:

  • Primero, con sus propias palabras;
  • Segundo, con las palabras de un testigo excepcional;
  • Tercero, con las palabras de otras mujeres que entonces no pudieron hablar;
  • Cuarto, con las palabras de historiadores e ingenieros;
  • Quinto, con las imágenes de todas que le siguieron;
  • Sexto, con las palabras de la prensa española (y no siempre fueron agradables).

Esta primera entrada está escrita en primera persona del singular: sus palabras, las de Valentina, tal y como las escribió en «su» diario que quedaron plasmadas en el libro Вселенная открытый океан! que fue publicado por entregas en el periódico Правда y posteriormente en una edición especial encuadernada.

Mi libro Вселенная открытый океан!

A partir de ahora, yo callo; es ella quien habla…

Mi biografía

Nací el 6 de Marzo de 1937 en el pequeño y hermoso pueblo de Maslennikovo, una pequeña aldea perdida entre los bosques a 40 kilómetros de la ciudad de Yaroslav.

Mi padre, Vladimir Akcenovich, era un tractorista de una granja colectiva que dio su vida por su país. Mi madre, Elena Fedorovna, procedía de una familia numerosa y pobre de Bielorrusia.

No tengo recuerdos de mi padre. Fue reclutado por el ejército y murió en la liberación de Ucrania y Bielorrusia en la Gran Guerra Patria 1 . Mi madre quedó viuda con tres hijos pequeños y otro en camino.

Mi abuela me dijo que mi madre quiso llamarme Раечка pero, cuando fue al pueblo, mi padre me inscribió como Валентина.

Nuestra vida fue difícil pero la gente del pueblo nos ayudaba todo lo que podía. Durante la Gran Guerra Patria pasamos muchas calamidades. Apenas teníamos comida. Había una vaca en el pueblo, Тамаркa, a la que acariciaba su gorda cara y le tiraba de las ubres. Teníamos nuestra propias patatas… y leche.

Tenía ocho años cuando nuestras tropas ganaron la Gran Guerra Patria. Era Mayo. Maslennikovo se inundó del verde claro de los abedules en flor. Ese día las lilas florecieron en el pueblo.

Al acabar la guerra nos trasladamos a Yaroslav con unos parientes. Iba a vivir en una gran ciudad y comenzaría a ir a la escuela.

Mis hermanos y todas nuestras posesiones fueron en camión. Mi madre, yo y Тамаркa partimos a pie.

En el camino a Yaroslav vi por primera vez un tren. El maquinista me saludó. En ese momento quise ser maquinista.

Nos instalamos en una casa de madera que perteneció a mi bisabuela, en la calle 8 de Marzo.

La Casa de madera en la calle 8 de Marzo

Mi madre comenzó a trabajar en la fábrica textil «Красным Перекопом». Mi abuela había trabajado allí. Sabía que yo trabajaría ahí.

La alumna Валя Терешкова

Tuve una fantástica profesora de matemáticas, Таисия Архиповна. Nos inculcó el amor por las ciencias exactas: nos obligaba a pensar con lógica, a no ceder ante las dificultades, a elaborar fórmulas complejas sin ayuda de nadie. Me gustaban las matemáticas y ayudaba a los demás con ellas. Mi insignia de pionera me obligaba a ello.

Recuerdo que nos repetía esta frase:

«Нужно жить всегда влюбленным во что-нибудь недоступное тебе. Человек становится выше ростом от того, что тянется вверх»

«Una siempre debe vivir enamorada de algo que esté más allá de su alcance. Llegarás más arriba si tus sueños son más difíciles»

Cita de Máxim Gorki

Mi profesora T.A. Klimova escribió esto sobre mi en quinto grado

Referencia de la alumna de 6º, de la escuela femenina de secundaria Nº 32

Valentina Tereshkova

Valya Tereshkova es la delegada de la clase, es respetada por todos y goza de gran prestigio. Siempre es esmerada y meticulosa, participa rápidamente еn todas las actividades en el aula, con estilo y con cuidadosa actitud hacia todas las chicas de la clase. Тodas las instrucciones que se le dan las realiza puntualmente, las lecciones las prepara concienzudamente y siempre tiene un comportamiento excelente.
La familia de Valentina Tereshkova se compone de 4 personas. Su padre murió en el frente en la guerra de Finlandia, la madre trabaja para la fabrica «Perekop Rojo», la hermana mayor estudia en el séptimo grado de nuestra escuela y el hermano está en la escuela nº 56.
La familia, económicamente pobre, vive en una habitación pequeña de una casa particular. Como muebles dispone tan sólo de una cama, una mesa y algunas sillas.
Durante todo el año escolar no faltó ni un solo día a clase.
Balia Tereshkova es un buen ejemplo para todos los pioneros como una compañera atenta, dispuesta en cualquier momento a ayudar a una amiga en un momento difícil.
20 / V / 1952.

Responsable de la clase, Klimova T. A.

Traducción de la nota manuscrita de la profesora de Valentina Tereshkova

Tras mi graduación quise ir a Leningrado para ser maquinista de tren. Pero mi madre me dijo que tendría que ir a trabajar a la fábrica y, si quería, podría ir a las clases nocturnas. Pero en Yaroslav. Tuve que obedecer. Tenía 16 años.

La recién graduada Валя Терешкова

A finales de 1954 entré a trabajar en la fábrica de neumáticos de Yaroslav. Me destinaron al taller de montaje número 5. El trabajo resultó ser muy duro.

Con mi primer sueldo compré un pañuelo barato de colores y una caja de bombones para mi madre. Sus lágrimas en los ojos fue el mejor de los agradecimientos.

La fábrica estaba lejos y mi turno terminaba a medianoche. En la primavera presenté un formulario para entrar en la fábrica textil que se encontraba a un corto paseo de nuestra casa.

Una vez en la fábrica una de mis compañeras me preguntó por qué no me incorporaba al Комсомол, la organización juvenil leninista. En Enero de 1957 me hice miembro y me colgué la insignia con la imagen de V.I. Lenin. Pertenecer al Комсомол obligaba a trabajar mejor, estudiar mejor y predicar con el ejemplo.

Carnet de Валентина de la ДНД (Добровольная народная дружина).
No hay duda de que su compromiso proletario era alto.

Mis camaradas me confiaron la labor cultural con los trabajadores. Leía mucha literatura de distintas épocas y me percaté que muchas de las obras trataban de la angustia y el sufrimiento de las mujeres.

Solía imaginar la vida de una de mis heroínas favoritas, Elisabeta Chaikina. Fue fusilada por los nazis en la estación de Пено, allí donde nace el gran río Volga. Era la secretaría del Комсомол local. La gente le llamaba Chaika.

Es bueno ser dirigente del Комсомол. Es bueno que te llamen por el cariñoso nombre de Chaika 2 .

Елизавета Чайкина (Elisabeta Chaikina), heroína partisna de Валентиiна y cuyo alias (apócope del apellido) , «Чайка» («Chaika») se convirtió en su código en órbita.

En primavera realicé mi primer viaje a Leningrado. Fue abrumador.

Recuerdo que en la fortaleza de Pedro y Pablo visité sus lúgubres celdas donde varios revolucionarios rusos languidecieron durante años. Vi la oscura y húmeda celda en la que, antes de su ejecución, el científico y revolucionario Николай Кибальчич dibujó los planos del primer motor cohete. En aquel momento nunca me hubiera imaginado qué papel desempeñaría este invento en mi destino.

Николай Кибальчич dibujando un motor cohete en su celda

La primera vez que oí hablar de la posibilidad de lanzar un satélite fue en la Escuela de la Juventud obrera, de boca del profesor Анатоли Филаретович Рогулин. Nos habló de que tanto los científicos soviéticos como americanos estaban trabajando en la creación de un satélite. Nos habló de los trabajos de Konstantin Tsiolkovsky en motores cohete y de sus sueños de viajes interplanetarios.

Se acercaba el cuadragésimo aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre y el vuelo del primer satélite artificial de la Tierra provocó acalorados debates en la fábrica. Era el primer paso hacia las estrellas sobre el que Tsiolkovsky escribió con tanta pasión.

Pocos días después se lanzó al espacio un segundo satélite. Esta vez con una pasajera, la perrita Laika. Entonces me hice la pregunta: Si un ser vivo está en el espacio ¿Por qué no un hombre? ¿Por qué no una mujer? Desde la Revolución de Octubre nuestras mujeres liberadas han luchado hombro con hombro con sus padres, hermanos y maridos en los frentes de la Guerra Civil y de la Gran Guerra Patria, han construido fábricas y centrales eléctricas, han luchado por obtener buenas cosechas en las granjas colectivas y estatales, han enseñado a escolares y estudiantes, han desarrollado la ciencia y la cultura nacionales.

Fue mi amiga de la escuela técnica, Галя Шашкова, quien me persuadió para ir con ella al aeródromo de Yaroslav para ver los saltos en paracaídas. Le costó poco convencerme.

Me sorprendió que hubiera tantas chicas realizando saltos.

Валя en el aeródromo de Ярославль

Recuerdo mi primer salto. Fue un jueves, el 21 de Mayo de 1959, después de una reciente lluvia primaveral, desde un YAK-12.

Валя en uno de sus saltos en paracaídas.

También fue mi primera reprimenda del instructor. Movida por mi impaciencia había saltado sin esperar la orden de salida. La nota para mi salto fue excelente pero yo me gané un suspenso en mi expediente de vuelo.

Валя en el interior de un YAK-12

A mediados de Julio de 1959 participamos en una competición entre clubes. Mi noveno salto fue el primero de precisión ¡Desde una altura de 800 m!

Племя крылатых («La tribu alada») – Las tres Valentinas del aeroclub de Ярославль:
Валентина Терешкова, Валентина Зайцева y Валентина Самохина

El vuelo de Yuri Alekseievich Gagarin nos produjo una inolvidable impresión y todas quisimos ser como él. Pero ¿Podría serlo una trabajadora textil? ¿Podría serlo yo?

Cuando comencé a leer el libro «Дорога в космос» que Правда publicaba por entregas vi trayectorias paralelas entre Yuri y yo misma: Él, como yo, nació en el campo, en el seno de una familia de una granja colectiva. Su madre trabajaba en una granja lechera, igual que la mía. Los dos nos graduamos en escuelas técnicas, los dos estudiamos en los clubes de vuelo.

El libro «Дорога в космос» de Gagarin era mi libro de cabecera. Solía cogerlo en mis manos, leyendo atentamente los capítulos sobre los preparativos para el vuelo espacial, tratando de imaginar el rostro de las personas que entrenaron, equiparon y escoltaron a Yuri Gagarin al vuelo. A veces me sorprendía a mi misma poniéndome en el lugar de Gagarin en la cabina de una nave espacial.

Tanto hablaba de nuestro héroe que un día, regresando del aeródromo con mi amiga Танюша y nuestro instructor Станислава Морозычев, éste me dio una palmada en el hombro y dijo:

«Эх ты, Гагарин в юбке…»

«Eh tú, Gagarin con falda…»

Poco más de 100 días tras el histórico vuelo de Gagarin, el domingo 6 de agosto de 1961, la radio transmitió a todo el mundo la buena noticia sobre un nuevo logro, ¡el lanzamiento de la nave espacial Vostok 2 con el Mayor German Stepanovich Titov a bordo! Pasé todo el día en el aeródromo.

El deseo de convertirme en cosmonauta se apoderó de mí por completo. Tras mucho darle vueltas a la cabeza, escribí una carta pidiendo que me aceptaran como cosmonauta. Sucedió en los días en que se celebraba el XXII Congreso del Partido Comunista en el recién erigido Palacio de Congresos del Kremlin.

Mientras escribía la carta las palabras de Karl Marx resonaban en mi cabeza:

«в науке нет широкой столбовой дороги, и только тот может достигнуть ее сияющих вершин, кто, не страшась усталости, карабкается по ее каменистым тропам»

«No hay camino sencillo para la ciencia, y sólo quien, sin miedo a la fatiga, escala sus senderos rocosos, puede alcanzar sus cumbres resplandecientes»

Karl Marx

Pasaron meses esperando alguna respuesta a mi carta. Pero nada llegaba.

Pasadas unas semanas unos especialistas de Moscú vinieron al club de vuelo y paracaidismo para tratar asuntos relacionados con los entrenamientos. Uno de ellos, perteneciente al Comité Central del ЦК ДОСААФ 3 me invitó a hablar con él.

¡Quería hablar sobre mi deseo de ser cosmonauta!

Fue una conversación corta pero se abría una puerta y el sombrío inverno empezó a parecerme más claro y soleado…

El instructor me dijo que nadie podía saber sobre el tema de nuestra conversación. Ni siquiera mi madre.

En esas fechas también presenté mi solicitud para ingresar en el partido. Mi solicitud empezaba con la fórmula que había aprendido de memoria:

«Прошу принять меня в члены КПСС4, так как мой кандидатский стаж истек. Программу и Устав КПСС признаю. Приложу все свои силы и знания, чтобы оправдать высокое звание коммуниста»

«Solicito ser miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética porque mi período de servicio como candidato ha expirado. Reconozco el programa y los estatutos del PCUS. Haré todo lo posible para estar a la altura del alto título de comunista»

Fórmula de adhesión al Partido Comunista de la Unión Soviética

Los acontecimientos se precipitaron. Tuve que decir a mi madre que estaba siendo examinada por varios comités médicos para entrar en el equipo de paracaidistas y debía desplazarme fuera de nuestra ciudad. Fue todo un mes en el que nadie sabía donde estaba.

Antes de mi partida de Yaroslav me entregaron un librito rojo con este número 10006702. Era una más de los 10 millones de luchadores entregados al comunismo.

Al día siguiente, familiares y amigos me despidieron en la estación de tren. Solo mi madre no vino. No quería que la viera llorar.

Mi madre tuvo que esperar para saber dónde iba aquel día en tren

Mis amigos me regalaron un reloj. En el vagón recordé un bello dicho de mi pueblo:

«кто не обернется, тот не вернется»

«Quien no se da la vuelta, no volverá»

Me asomé a la ventanilla del vagón y les despedí largamente mientras me alejaba.

En la ciudad de las estrellas

Mi telegrama decía que debía llegar a las diez de la mañana para una reunión con el Teniente General de aviación, camarada Kamanin.

Ya conocía a Nikolai Petrovich Kamanin pues había aparecido en la oficina de admisiones tras los primeros exámenes médicos. Era uno de los primeros héroes de la Unión Soviética, distinción que se le concedió por haber salvado a la tripulación de Челюскин,

Kamanin me dijo que había superado todas las pruebas para el cuerpo de cosmonautas y que era la primera chica del escuadrón. Me dijo que en los próximos días otras camaradas me acompañarían. Eran muchas las solicitudes que habían recibido pero pocas las seleccionadas.

Me preguntó si quería saber quién había escrito la primera carta solicitando un puesto de cosmonauta femenino. Yo encogí los hombros asintiendo.

«La escribió Ольга Винницкая, una camarada del Комсомол de Ростов», dijo el camarada Teniente General.

Y seguidamente me leyó la carta:

«Многоуважаемый профессор! Я прочла в журнале Огонек, что немецкий летчик Макс Валье собирается лететь на Луну. Моей давнишней мечтой было полететь на Луну, и потому я увлекалась Жюлем Верном. Теперь, прочтя некоторые Ваши книги, я решила, что в полете на Луну нет ничего невозможного. И вот я рискую попросить Вас, может быть, Вы можете попросить Макса Валье, чтобы он взял меня с собой?… Или мне подождать, пока полетят русские, со своими как-то лучше…»

«¡Querido profesor! He leído en la revista Ogonyok que el piloto alemán Max Wallier va a volar a la Luna. Hace tiempo que sueño con ir a la Luna, y por eso me aficioné a Julio Verne. Ahora, después de leer algunos de sus libros, he decidido que no hay nada imposible para volar a la Luna. Y por eso me atrevo a preguntarle: ¿quizá podría pedirle a Max Vallée que me lleve con él? ¿O debo esperar a que vuelen los rusos, que siempre es mejor ir con los compatriotas?»

Carta de Olga Vinitskaya a Konstantin Tsiolkovsky

La carta estaba fechada en ¡1927! e iba dirigida a Konstantin Tsiolkovsky, el sabio y padre de la cosmonáutica rusa.

Olga pensaba que serían los extranjeros quienes primero irían al espacio. Pero no. Fue un soviético, Yuri Gagarin, quien abrió el camino para que la humanidad fuera al espacio.

De ahí me llevaron a la Ciudad de las Estrellas. Se me aceleró el corazón cuando fueron a presentarme a los cosmonautas. Busqué entre las personas a Yuri Gagarin y German Titov. Pero no estaban.

El lunes llegaron el resto de camaradas. Todas eras deportistas, esquiadoras y llegaron al grupo del mismo modo que yo: a través de los clubes de vuelo ДОСААФ locales.

Nos mostraron el programa de estudios y los laboratorios equipados con sofisticados aparatos. Incluso nos enseñaron una centrifugadora humana.

Al día siguiente empezaron las clases. En un horario apretado se alternaban clases de astronomía, geofísica, ingeniería de cohetes, temas cósmicos y además, entrenamiento físico y deportes.

La prueba de la centrifugadora fue especialmente dura. La primera vez experimenté tres veces la fuerza de la gravedad y sentí cómo mi sangre se convertía en mercurio. Intentaba cerrar los ojos pero no pude. Los músculos de mi cara se retorcieron y me limité a apretar los dientes fuertemente. Afortunadamente la práctica mejoró la experiencia.

Валентина Терешкова entrando en la centrifugadora

La prueba del rotor también era un suplicio. Una silla en un armazón dentro de otro que tiene todos los grados de libertad que se pueda una imaginar. Fue una experiencia que me preparó para las posibles sorpresas durante el vuelo.

Валентина Терешкова en el rotor

Otra de las pruebas que tuvimos que realizar era la de ser encerradas en una cámara que variaba la temperatura. Pasabas de la temperatura tropical al frío siberiano. Nuestros técnicos soviéticos lograron que estuviéramos en el Sahara sin un grano de arena. Fue un entrenamiento duro.

Las pruebas a las que se sometían las cosmonautas no tenían fin

Pero la peor de las pruebas quizás fuera la cámara del silencio. Entrabas en un mundo de silencio total. El único sonido era el de los latidos de tu propio corazón y el sonido del fluir de tu sangre. Toda la vida has estado entre la gente, en casa, en el trabajo y, de repente, estar sola, completamente sola. Nadie con quien hablar, nada que preguntar, nada que oír… ¿Por cuánto tiempo? ¿un día? ¿Tres? ¿Una semana?¿Quizás más?

Un escritorio, una silla y una consola. Ese era mi universo. Y siempre bajo la atenta mirada de los doctores. ¡Las 24 horas del día!

En la cámara del silencio

Cada una de los cosmonautas dejaba volar su imaginación en esta prueba. Había oído decir que la mente femenina es menos estable que la de los hombres, que las mujeres apenas soportan la soledad, como si les deprimiera más el silencio y el silencio les diera más miedo que a los hombres.

Pasaron veinticuatro horas, dos días, tres días… Todo era monótono. El suelo, las paredes y el techo me envolvían en un manto de monotonía. Pero imaginé que estaba en mi Yaroslav natal, en mi fábrica de neumáticos, en las máquinas textiles… Cerraba los ojos y me veía saltando en paracaídas en las clases de nuestro querido instructor Николай Константинович. Eso me mantuvo firme.

Las pruebas de ingravidez fueron divertidas. Ya nuestro científico Konstantin Tsiolkovsky dio una descripción precisa de lo que es la ingravidez:

«Все неприкрепленные к ракете предметы, сошли со своих мест и висят в воздухе, ни к чему не прикасаясь, а если они и касаются, то не производят давления друг на друга или на опору. Сами мы так же не касаемся пола и принимаем любое положение и направление: стоим на полу, и на потолке, и на стене стоим перпендикулярно и наклонно; плаваем в середине ракеты, как рыбы, но без усилий и ни к чему не касаясь; ни один предмет не давит на другой, если их не прижимать друг к другу… Выпушенный осторожно из рук предмет не падает, а оттолкнутый — двигается прямолинейно и равномерно, пока не ударится о стенку или не наткнется на какую-нибудь вещь, чтобы снова прийти в движение, хотя и с меньшей скоростью…»

«Todos los objetos que no están sujetos al cohete están fuera de sus asientos y cuelgan en el aire, sin tocar nada, y si se tocan, no ejercen presión entre sí ni sobre el soporte. Nosotros mismos tampoco tocamos el suelo ni adoptamos ninguna posición ni dirección: nos colocamos en el suelo, y en el techo, y en la pared; nos colocamos perpendicular y oblicuamente; nadamos en medio de un cohete, como un pez, pero sin esfuerzo y sin tocar nada; ningún objeto presiona a otro a menos que se empujen entre sí… Un objeto soltado suavemente de las manos no cae, sino que se aleja: se desplaza en línea recta y uniforme hasta que choca contra una pared o choca contra alguna cosa para volver a ponerse en movimiento, aunque a menor velocidad…»

Fragmento de «Vuelo más allá de la atmósfera« del científico Konstantin Tsiolkovsky

Nuestros ejercicios se realizaban en un laboratorio especial instalado en el interior de un avión. El piloto acelera el avión, alcanza la velocidad requerida y el avión realiza una trayectoria parabólica y entre la entrada y la salida de ese tobogán se produce un estado de ingravidez. Medio minuto de ingravidez.

Nos parecía poco tiempo. Pero nuestro instructor nos dijo que si nos parecía poco medio minuto la próxima vez estaríamos treinta segundos. Y sí, los segundos resultaron más largos que los minutos.

La ciencia divide a las personas en tres grupos según los efectos de la ingravidez:

  • El primer grupo incluye a los que se sienten bien en ese estado y no pierden eficacia;
  • el segundo grupo incluye a los que experimentan ilusiones espaciales;
  • y el tercer grupo incluye a los que experimentan una disminución de la eficacia y náuseas.

Durante nuestro entrenamiento se estaba preparando el vuelo del primer vuelo en grupo de larga duración de dos naves espaciales. Durante cuatro días, mientras los Vostok 3 y 4 estuvieron en órbita casi no dormimos.

Andrian Nikolaev permaneció 94 horas y 22 minutos en el espacio (64 órbitas) y Pavel Popovich 70 horas y 57 minutos (48 órbitas).

Fuimos a la recepción en el Kremlin. Entrar en el salón de San Jorge con sus resplandecientes lámparas de araña y paredes de mármol nos llenó de emoción. Pero lo que se quedó grabado en mi cabeza fueron las palabras de Nikita Krushov en el podio del Mausoleo de Lenin a la multitud:

«Мы уверены, что семья космонавтов в будущем пополнится новыми сынами и дочерьми народов нашего многонационального государства»

«Estamos seguros de que en el futuro a la familia de cosmonautas se unirán nuevos hijos e hijas de los pueblos de nuestro Estado multiétnico»

Nikita Krushiov

¡Ha dicho «Hijas»! ¡Habrá un vuelo de una mujer al espacio!

En el cosmódromo

El 1 de Mayo de 1963 estuve en Yaroslav con mi madre. Ella creía que seguía entrenando con el equipo nacional de paracaidismo. Era mi última visita antes del inminente vuelo al espacio. Ni siquiera pude decirle a mi madre lo que iba a suceder.

De vuelta a la ciudad de las estrellas los acontecimientos se precipitaron. El comité central del partido confirmó la decisión de la comisión estatal de asignar la tripulación provisional de los Vostok 5 y 6. Yo era una de las dos elegidas.

Las candidatas a cosmonautas delante del comité central

Mi suplente era una atleta paracaidista graduada en un aeroclub. Tenía en su haber muchos más saltos que yo. Había participado en importantes competiciones de paracaidismo. Tenía una voluntad fuerte, un carácter comedido y lo hacía todo con diligencia y amor. Su diario técnico de notas era un auténtico manual que podía ser usado en cualquier libro de texto de paracaidismo.

Cada vez que mi mirada se cruzaba con sus ojos me preguntaba si no sería ella la que fuera en primer lugar. ¿No sería mejor para el país que fuera ella? Al fin y al cabo lo importante es que la primera mujer en el espacio fuera una soviética.

Pese a la competición por ser la elegida había un buen ambiente entre las candidatas

Uno de los días vinieron periodistas a Baikonur 5. Estaban interesados en nuestras biografías. Uno de los corresponsales me preguntó:

– ¿Conoce a Jerry Cobb?

El apellido me resulta familiar, pero no recordaba dónde lo había oído.

– Es una famosa aviadora americana, – respondió la periodista.

– En Estados Unidos hay un libro sobre ella que se titula «La mujer en el espacio», – contó la periodista y citó brevemente su contenido. Jerry Cobb, chica enérgica, de carácter fuerte, perseverante y con una paciencia envidiable, se graduó en la escuela de pilotos. Primero pilotó aviones a hélice y luego a reacción, estableciendo varios récords nacionales. Cuando Estados Unidos empezó a entrenar a hombres para volar al espacio, Jerry realizó el mismo entrenamiento en tierra que ellos por su cuenta y riesgo. Fue nombrada asesora especial de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio; pero ha desperdiciado años de estudio, de trabajo, de búsqueda.
Sus «consejos espaciales» nunca fueron necesarios, y el New York Mirror, uno de los periódicos más importante del mundo, publicó un reportaje: el programa estadounidense de exploración espacial no incluye el vuelo de una mujer.

– Tengo curiosidad -dije-. – ¿Podría conseguirme un libro sobre esta valiente perdedora?

– Lo intentaré, – prometió el periodista, y entonces, tras mi vuelo al espacio, trajo un volumen suntuosamente editado y profusamente ilustrado. La colorida portada del volumen mostraba el rostro de un piloto estadounidense de ojos brillantes. Hojeé el libro con un sentimiento de involuntario pesar por el destino de la norteamericana. En él hay muchas páginas interesantes. Pero su heroína no consiguió ver y experimentar lo que la mujer soviética consiguió ver y experimentar.

Traducción casi literal de un fragmento del libro. Me ha parecido muy interesante la mención de Jerry Cobb, la más aventajada de las Mercury 13.

Al fin llegó el día de la reunión de la comisión estatal.

Nos reunieron a todas en una sala repleta de ingenieros, médicos y cosmonautas. Al otro lado se encontraban los periodistas.

El Diseñador Jefe tomó la palabra e informó sobre los aspectos técnicos del nuevo vuelo de larga duración. Seguidamente el Teniente General Kamanin describió el grado de preparación y las cualidades morales de los cosmonautas convocados y presentó a Valery Bikovsky y su suplente; luego a mi y mis suplentes.

Valentina instantes antes de que Kamanin la nombre como primera tripulación del Vostok 6

Se me aceleró el corazón cuando me levanté de mi asiento y todos los miembros del Comité Estatal me miraron mientras Kamanin dijo estas palabras:

«Мы рекомендуем назначить командиром космического корабля «Восток-6» Валентину Владимировну Терешкову»

«Recomendamos que Valentina Vladimirovna Tereshkova sea nombrada comandante de la nave espacial Vostok 6»

Nikolai Kamanin
Valentina, ya de pie, instantes después de que Kamanin la nombre como primera tripulación del Vostok 6

Se me paró el corazón. Volvió a latir cuando una de las matemáticas que se encontraba en el comité de selección habló del papel de la mujer en la sociedad soviética recordando el trabajo de la famosa matemática rusa Sofía Kovalevskaya que se vio obligada a huir de su país para continuar sus investigaciones científicas. Prosiguió afirmando que el hecho de que una chica soviética vaya a estar al mando de una nave espacial demostrará al mundo que el Partido Comunista ha creado las condiciones para el desarrollo del talento y las capacidades de las mujeres de nuestro país.

«Счастлива и рада, что мне, простой девушке, поручено первой из всех женщин планеты лететь в космос.
Выполню это почетное задание, как подобает коммунисту!»

«Estoy feliz y contenta de que a mí, una simple chica, me hayan encargado ser la primera mujer del mundo en ir al espacio.
¡Cumpliré esta honorable tarea como corresponde a una comunista!»

Valentina Tereshkova

El diseñador Jefe tomó la palabra y, tal como habíamos comentado entre nosotros, hizo realidad que aquellas personas que aman el cosmos se convierten en poetas:

«Советский Союз стал берегом Вселенной. Мы верим: от этого светлого берега будут уходить в звездный океан все новые и новые космические корабли…»

«La Unión Soviética se ha convertido en la orilla del Universo. Creemos que cada vez más naves espaciales navegarán desde esta brillante orilla hacia el océano de estrellas…»

Sergei Koroliov
Пономарёва, Соловьёва y Терешкова

Dos días antes del lanzamiento del Vostok 5 fuimos al tradicional día de pesca: Gagarin estaba junto al fuego, Bikovsky se ocupaba de preparar la tradicional Уха (sopa de pescado), Titov y Nikolaev pescaban en el río y yo, junto a mi reserva, pelaba las patatas. La sopa resultó excelente.

La sopa de pescado previa al lanzamiento era una tradición para los primeros cosmonautas. En la foto Titov lanzando el sedal.

Asistí junto a mi suplente al lanzamiento de Valery. Todo fue muy bien. (Nota personal: Me salto los detalles porque todo no fue bien pero aquí no hemos venido a hablar de Valery).

La noche anterior al vuelo dormimos en la «cabaña de los cosmonautas». La anfitriona de la cabaña era Клавдия Акимовна, una camarada del partido de pelo blanco y antigua profesora de primaria.

Claudia puso un ramo de mis flores favoritas (gladiolos blancos y sencillas margaritas en la mesilla) y me preparó la cama que antes habían ocupado Gagarin y Nikolaev. Mi suplente ocupó la que antes fue usada por Titov, Popovich y Bikovsky.

Por la noche nos acompañaron a cenar Gagarin y el Diseñador Jefe. El ingeniero se rio mucho con una canción que Yuri y yo cantamos en el porche de la cabaña:

Городок наш ничего,
Населенье таково –
Совсекретные ребята
Составляют большинство

Ходят мальчики в кино,
Знают мальчики одно,
Что запустят космонавтку
На неделе все равно…

Рыщет пресса по кустам,
Ищет пресса тут и там:
Ах, куда ведет Гагарин
Космонавток по утрам?

Nuestra ciudad no es nada,
Los habitantes son así
Son chicos Top-Secret
La mayoría de ellos.

Los chicos van al cine
Los chicos saben una cosa
Que lanzarán un astronauta
En una semana todo igual…

La prensa busca en los arbustos
La prensa busca aquí y allá
¡Ah!, ¿Adónde lleva Gagarin
a los cosmonautas por la mañana?

Valentina y Yuri cantando

Nos dormimos en seguida. Luego supe que el Diseñador Jefe vino varias veces por la noche a velar nuestro sueño.

Por la mañana los rayos verdosos del sol nos despertaron.

Tras el ejercicio físico y el desayuno nos dirigimos a ponernos el traje espacial.

Primeramente un traje azul grisáceo para protección contra el calor. Estaba decorado con una paloma blanca en rayos dorados con las letras rojas de nuestra patria СССР. Luego un mono de color naranja brillante con muchos bolsillos. Unas botas de color acero, altas y con cordones, y sobre ellas unas fundas de plástico de color blanco que nos quitaríamos al entrar en la cápsula.

Cuando estuvimos listas, el Diseñador Jefe se molestó en venir a vernos. Siempre con una sonrisa en su cara.

Serguei Paulovich Koroliov desea suerte a Valentina

Seguidamente, mi suplente (que había completado el mismo ritual) y yo misma nos subimos a un autobús y nos sentamos en unos asientos giratorios separados por una mesita.

Las palabras de Titov me llenaron de gozo:

Все приходит вовремя для того, кто умеет ждать!

¡Todo llega a su tiempo para el que sabe esperar!

German Titov a Valentina Tereshkova
Andrian Nikolaev ayuda a Valentina Tereshkova a bajar del autobús para dirigirse a la torre de lanzamiento

Bajé del autobús con mi equipo portátil y me encaminé por las losas de hormigón hacia la plataforma donde me esperaban los miembros de la Comisión Estatal y el Diseñador Jefe:

> Космонавт Терешкова к полету на корабле-спутнике «Восток-6» готова!

> Ни пуха ни пера, Валюша!

> До скорой встречи на нашей счастливой советской земле!

> ¡La cosmonauta Tereshkova está lista para volar en la nave espacial Vostok-6! – Dijo el presidente de la comisión Estatal.

> ¡Rómpete una pierna, Valyusha! – Añadió el Diseñador Jefe.

> ¡Nos vemos pronto en nuestra feliz tierra soviética! – Exclamé yo.

Los «buenos deseos» al comienzo del vuelo
Валентина realiza las últimas declaraciones antes de subir a la rampa de lanzamiento

En ese momento realicé una declaración para todos mis compatriotas que escucharían tras mi lanzamiento:

«Дорогие товарищи, друзья, соотечественники!

От всего сердца выражаю глубокую благодарность ленинскому Центральному Комитету Коммунистической партии Советского Союза, Советскому правительству, всему советскому народу за оказанную мне честь и большое доверие совершить космический полет.

Горжусь тем, что наш талантливый советский народ стал пионером освоения космического пространства и своими успехами вызывает всеобщее восхищение человечества.

Я счастлива, что мне, первой в мире женщине – гражданке Союза Советских Социалистических Республик,- предстоит осуществить полет в космос.

Заверяю нашу героическую партию, родное Советское правительство, дорогого Никиту Сергеевича Хрущева, что порученное задание выполню с честью»

«¡Queridos camaradas, amigos, compatriotas!

Desde el fondo de mi corazón expreso mi profunda gratitud al Comité Central Leninista del Partido Comunista de la Unión Soviética, al Gobierno soviético y a todo el pueblo soviético por el honor y la gran confianza que me han otorgado para emprender un vuelo espacial.

Estoy orgullosa de que nuestro talentoso pueblo soviético se haya convertido en pionero de la exploración del espacio exterior y de que sus éxitos hayan inspirado la admiración de la humanidad.

Me alegro de que yo, la primera mujer -ciudadana de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas- vaya al espacio.

Aseguro a nuestro heroico Partido, a mi querido Gobierno soviético y al querido Nikita Jruschov que llevaré a cabo la tarea con honor»

Declaraciones de Valentina Tereshkova antes del lanzamiento

Me quitaron las fundas de las botas y me ayudaron a colocarme en la posición correcta en el sillón. Cuando quise darme cuenta todos habían desaparecido y habían cerrado la tapa de la escotilla. Estaba sola en la cápsula.

Al instante oí la voz de Yuri pidiéndome información y al terminar mi informe me dijo que quedaban quince minutos para el despegue.

Mi corazón latió más deprisa. ¡Diez minutos! El Diseñador Jefe me deseó un feliz vuelo ¡Cinco minutos! Cerré el casco, comprobé mis guantes y tomé la posición correcta para el lanzamiento.

El tiempo se detuvo. Los últimos segundos parecían eternos. Veía la aguja remolonear en la esfera. Oí a través del auricular la orden de salida dese el búnker. ¡Despierta!

El reloj marcaba las 12:30, hora de Moscú.

48 órbitas

Llegó el momento del despegue. Al escuchar la última orden antes de la ignición flexioné los músculos y en ese instante me vinieron a la mente las palabras del padre de la cosmonáutica:

«Сначала идут мысль, фантазия, сказка.

За ними шествует научный расчет.

И уж в конце концов исполнение венчает мысль»

«Primero vienen el pensamiento, la fantasía y el cuento de hadas.

Después de ellos viene el cálculo científico.

Y al final la ejecución se corona con el pensamiento»

Konstantin Tsiolkovsky
Instantes antes del lanzamiento del Vostok 6

El cohete se elevó lentamente, como un ser vivo, estremeciéndose por todas partes mientras el estruendo de los potentes motores me impulsaba hacia arriba. Mi respiración se volvió agitada por el aumento de peso debido a la aceleración del cohete.

De repente, la protección superior del cohete se liberó y la luz brillante del sol me hizo cerrar los ojos. Pero solo un momento. Me incliné para observar por la ventanilla y vi la Tierra alejándose de mi:

Я – «Чайка»!

Настроение бодрое, самочувствие отличное!

Вижу горизонт!

Голубая, синяя полоса…

Это Земля!

Какая она красивая!

Все идет отлично! Все идет отлично!

¡Soy una Gaviota!

¡Estoy de buen humor, me siento genial!

¡Veo el horizonte!

Azul, una línea azul…

¡Es la Tierra!

¡Qué hermosa es!

¡Todo va muy bien! ¡Todo va muy bien!

Primeras palabras de Valentina Tereshkova en la órbita

Yuri, por los altavoces, estaba de acuerdo conmigo:

Согласен, красивая… Машина идет отлично… Траектория — расчетная…

Estoy de acuerdo, es precioso… La nave va excelente… La trayectoria… según lo calculado…

Yuri Gagarin
Yuri Gagarin como CapCom del vuelo de Valentina Tereshkova

Incluso pude oír las palabras de aliento del Diseñador Jefe

Счастливый путь! Поздравляем! Поздравляем!

¡Buen viaje! ¡Felicidades! ¡Felicidades!

Sergei Koroliov

Hace dos días era yo quien estaba en la plataforma de observación viendo cómo se elevaba mi camarada Valery Bikovsky. Ahora imaginaba a mi suplente observando por el telescopio el ascenso de mi cohete. Seguro que estaba celosa de mi sin percatarse que yo lo estaba de ella: ¡Quizás fuera la primera mujer en ir en una misión a la Luna!

Los paisajes por una de las ventanillas se sucedían rápidamente: ahora un desierto de color dorado oscuro, luego gigantescos cuadriláteros de campos de granjas estatales, manchas verdes oscuro de bosques, destellos de lagos, etc. Por la otra ventanilla, hacia el exterior de la Tierra, yacían puñados de constelaciones diamantinas e incandescentes sobre un terciopelo negro.

De repente me percaté que no estaba sola en el espacio. Busqué a Valery esperando ver una pequeña luna plateada. Llamé a Ястреба (nombre clave del Vostok 5) por el intercomunicador y rápidamente escuché su respuesta:

Слышу тебя, поздравляю тебя, Валюша!

¡Te escucho, te felicito, Valyusha!

Valeri Bikovsky

Sus palabras por el canal de onda corta eran música para mi alma. Llevados por el entusiasmo nos pusimos a cantar henchidos de espíritu patriótico.


Una pequeña nota al margen.

Como no he sido capaz de entender lo que dice en la canción os dejo un extracto de un programa de 1963 de la televisión soviética («Голубой огонек») donde aparecen los seis primeros cosmonautas (Programa Восток. Los presentadores invitan a Valentina a que cante lo que cantó en la cápsula. Pero ella hace algunas modificaciones a la canción «Текстильный городок» de las trabajadoras textiles donde había trabajado antes de presentarse para ser cosmonauta.

Valentina repite la canción que cantó desde el espacio con «ligeras» modificaciones.

En la canción hay una crítica velada (o no tanto) del secretismo del programa espacial soviético. Dejo a la imaginación del lector (u oyente) lo que hacía Gagarin tras los arbustos con Valentina (o en la cita que propone en órbita).

Volvemos a la historia.


La voz autoritaria procedente del centro de control nos recordó que habíamos venido a trabajar. No habíamos venido a cantar…

Mi cabina estaba a una temperatura agradable (23,6º) con una humedad relativa de 34% y una presión atmosférica de 770 mm Hg. Mis pulsaciones eran de 80 por minuto y mi respiración de 20. Me acostumbré rápidamente al estado de ingravidez.

Saqué mi cuaderno de bitácora con el emblema de la Unión Soviética grabado en la portada y escribí mis primeras impresiones:

Активный участок перенесла по ощушению хорошо. Немного было волнения. После отделения последней ступени переход к невесомости очень плавный, поэтому резких отклонений не было. А может, потому что занималась наблюдением… Со стороны вестиб. анализ. отклонений не заметила.

Состояние невесомости: чувствуется легкость, работоспособность не теряется, настроение бодрое, особенно после разговора с «Ястребом». Всетаки здорово, когда далеко от всех чувствуешь плечо друга.

После выполнения вестибулярных проб неприятных ощущений не было: ни головокружения, ни подташнивания, чувствовала себя так же, как на Земле.

El despegue fue bien. Hubo un poco de emoción. Tras la separación de la última etapa, la transición a la ingravidez fue muy suave, así que no hubo desviaciones bruscas. O tal vez sea porque estaba observando… No noté ninguna desviación en el análisis vestibular.

Estado de ingravidez: me siento ligera, no he perdido capacidad de trabajo, estoy de buen humor, sobre todo después de hablar con «Halcón». Es genial sentir el hombro de un amigo lejos de todos los demás.

Después de las pruebas vestibulares no siento ninguna molestia: ni mareos ni náuseas, me siento como en la Tierra.

Cuaderno de bitácora de Valentina Tereshkova

Cuando mis instrumentos indicaron que había completado mi primera órbita (y por tanto estaba de nuevo sobre la Unión Soviética) envié un mensaje de profundo agradecimiento por radio:

Докладываю ленинскому Центральному Комитету Коммунистической партии Советского Союза, Советскому правительству, дорогому Никите Сергеевичу Хрущеву: полет проходит нормально, системы корабля работают отлично, самочувствие хорошее.
Сердечно благодарю Коммунистическую партию, правительство и весь советский народ за оказанное доверие. До скорой встречи на родной земле.

С борта космического корабля «Восток-6» шлю сердечный привет и наилучшие пожелания советскому народу, народу созидателю, и горячий привет советским женщинам.

Informo al Comité Central Leninista del Partido Comunista de la Unión Soviética, al gobierno soviético y a mi querido Nikita Jruschiov: el vuelo va bien, los sistemas de la nave funcionan perfectamente, mi salud es buena.

Mi más sincero agradecimiento al Partido Comunista, al gobierno y a todo el pueblo soviético por la confianza que han depositado en mí. Hasta pronto en mi tierra.

A bordo de la nave espacial Vostok-6, envío mis saludos más cordiales y mis mejores deseos al pueblo soviético, a nuestra nación de creadores, y mis saludos más afectuosos a las mujeres soviéticas.

16 de junio de 1963. Cosmonauta Valentina Bladimirovna Tereshkova

Pude comprobar lo que me habían dicho mis camaradas Andriyan Nikolaev y Pavel Popovich, que cada continente tiene un color predominante: África es amarilla, Sudamérica verde, Asia marrón oscuro; las aguas del océano atlántico son más oscuras que el Pacífico, Y las montañas son diferentes; nuestras montañas son verde oscuro, cubiertas de casquetes dorados de bosques de taiga; las cordilleras americanas son grises, incluso desde arriba se adivinan sus rocas y picos. El techo del mundo es rojo, cubierto de manchas blancas.

Mi primera comida consistió en ternera asada, pan blanco, zumo de grosella negra y un combinado de vitaminas. Sin mucho apetito me tomé las raciones.

Fotograma de la retransmisión de vídeo desde la Vostok 6

Desde control me avisaron que Nikita se pondría en contacto conmigo. Y puntualmente, cuando mi reloj marcaba las 16h 55m comenzó a hablar el jefe del gobierno soviético.

Я Вас очень хорошо слышу. Вас называют «Чайка». Вы мне разрешите Вас называть просто Валя, Валентина. Я очень рад и по-отцовски горжусь, что наша девушка, девушка из Ссветской страны, первая и впервые в мире находится в космосе, владеет самой совершенной техникой. Это — торжество ленинских идей, это – торжество борьбы нашего народа, и мы горды за успехи, горды за Вас. Гордимся, что Вы так хорошо прославляете наш народ, нашу Родину, нашу партию, наши идеи. Я слушаю Вас.

Le oigo muy bien. Te llamas ‘Gaviota’. Permíteme que te llame Valya, Valentina. Estoy muy contento y orgulloso de que nuestra chica, una chica de este país, sea la primera persona del mundo que está en el espacio y disponga de la tecnología más perfecta. Esto es un triunfo de las ideas leninistas, esto es un triunfo de la lucha de nuestro pueblo y estamos orgullosos de tu éxito. Estamos orgullosos de ustedes, glorificando a nuestro pueblo, nuestra patria, nuestro Partido, nuestras ideas. Te escucho.

Nikita Kruschiov

Дорогой Никита Сергеевич! Взволнована и глубоко тронута Вашим вниманием.

Большое, большое спасибо за теплые слова, за отеческую заботу.

От всего сердца благодарю советских людей за добрые пожелания.
Заверяю Вас, дорогой Никита Сергеевич, что я приложу все силы, чтобы выполнить задание Родины.

¡Querido Nikita Sergueievich! Estoy emocionada y profundamente conmovida por su atención.

Muchas, muchas gracias por sus amables palabras, por su paternal preocupación.

De todo corazón, le agradezco sus amables deseos.
Mi querido Nikita Sergeyevich, le aseguro que haré todo lo posible para cumplir con la tarea de mi Patria.

Valentina Tereshkova

Junto a Nikita se encontraban los camaradas Breznev, Mikoyan, Ustinov y Smirnov.

Junto a Никита se encontraban los camaradas Брежнев (derecha) y Микоян (izquierda)

Tras las palabras de ánimo de nuestros líderes había que volver al trabajo. Mi marcador de órbitas indicaba el número 5 (el de Valery debía marcar ya números de dos cifras; debía ser mayor de 30…).

En mi sexta órbita sobre el océano Índico observé una tormenta. El cielo se iluminó con destellos brillantes. El horizonte nocturno es bastante uniforme pero antes de la puesta del sol la vista es única.

Tocaba intentar conciliar el sueño. Seguí los consejos de Andriyan y coloqué mis manos bajo el arnés para evitar que mis brazos quedaran flotando. Apagué las luces de la cabina, cerré los postigos de los ojos de buey y solo una tenue fosforescencia de los instrumentos iluminaban el interior de la cápsula.

Antes del vuelo el equipo médico nos advirtió de que quizás a partir de la sexta órbita sentiría síntomas de mareo. Me confirmaron que ni Nikolaev ni Popovich las habían sufrido pero que como yo era una mujer quizás me vería afectada por el malestar.

Pero no. El contador marcó la sexta, la séptima órbita… y seguía sin sentirlo. El entrenamiento intensificado y los consejos de Andriyan de evitar los movimientos bruscos y realizar únicamente movimientos suaves habían conseguido evitarlo.

Coloqué los brazos bajo mi cuerpo para evitar que flotaran en la cabina y pude dormir un rato.

Me desperté a las 6:00 (hora de Moscú) justo cuando me acercaba a la península de Kamchatka. Lo primero fue realizar una serie de ejercicios físicos. Tras un cuarto de hora comencé a sudar un poco pero una toalla empapada en líquido refrescante me relajó.

Tras la sesión de ejercicios el Diseñador Jefe y la comisión estatal debían decidir si se ampliaba la misión por 3 días más tal y como me había dicho en Tierra antes del lanzamiento.

Los médicos insistían que un día era suficiente para un cuerpo femenino pero yo insistía en que me encontraba perfectamente. Al fin el diseñador dijo las esperadas palabras:

Согласны на продолжение полета!

¡Estamos de acuerdo en continuar el vuelo!

Serguei Koroliov

Valery se entusiasmó ya que no seguiría solo en el espacio… Juntos lanzamos un mensaje a la Tierra que fue repetido por las emisoras e todo el mundo:

Желаем всем народам Земли прочного мира и счастья!

¡Deseamos una paz duradera y felicidad a todos los pueblos de la Tierra!

Valery y Valentina al unísono

Las imágenes de televisión que se emitieron nos mostraban manipulando objetos pesados en gravedad cero flotando en la cápsula: lápices, gotas de líquido. Tras el regreso nos dijeron que sonreíamos demasiado a la cámara. Pero ¿cómo no íbamos a sonreír si estábamos en el espacio? ¿Cómo no sonreír a mi madre que me estaría viendo?

El trabajo continuaba en órbita. Tanto Valery como yo tomamos el control manual de nuestras naves en varias ocasiones. Varias veces tuve que realizar movimientos de cabeceo, balanceo y «guiñada». Realicé las operaciones en poco tiempo y sin esfuerzo. La nave se mostró muy dócil y bien controlada. Estos ejercicios eran fundamentales para futuras misiones en las que los cosmonautas deban cambiar de órbita y realizar aproximaciones con otras.

El tercer día realicé pruebas psicológicas: debía realizar rápidamente cálculos matemáticos sencillos, reconocer figuras geométricas inscritas en círculos y debía dibujar espirales y estrellas de cinco puntas.

Dibujos realizados por Valentina en las órbitas 29, 31, 33 y 45.

Tras un nuevo sueño reparador comenzaba mi último día en el espacio. Sabía que el descenso de la órbita es extremadamente difícil. La nave se acerca a la Tierra a una velocidad de vértigo, calentada por la fricción con la atmósfera se llega a una temperatura de fábula.

Había comenzado mi cuadragésimo octava órbita. Tomé el control manual para activar el sistema de propulsión de frenado. Me puse en contacto con Valery:

– До скорой встречи, «Чайка»!

– До скорой встречи, «Ястреб»!

– ¡Hasta pronto, «Gaviota»!

– ¡Hasta pronto, «Halcón»!

Intercambio de saludos entre Vostok 5 y 6

La fuerza del motor, dirigida en dirección contraria al vuelo, redujo gradualmente la velocidad. La gravedad terrestre comenzó a aparecer lentamente. Mi globo terráqueo mostraba el lugar probable de descenso: Караганды, donde Andriyan y Pavel habían aterrizado el año pasado.

Panel de instrumentos de la nave Vostok con el globo terráqueo.

Podía haber cerrado el ojo de buey de la cápsula pero quise ver el espectáculo de la reentrada:

«Бледно-розовый свет сгущался, становился алым, пурпурным и, наконец, багровым. Сияние солнца и электрических ламп в кабине поблекло в кипящем за иллюминаторами корабля огне самых ярких распветок»

«La luz de color rosa pálido se espesó, tornándose escarlata, púrpura y finalmente carmesí. El resplandor del sol y las luces eléctricas de la cabina se desvanecieron en el fuego hirviente tras los ojos de buey de la nave de los colores más brillantes»

Valentina Tereshkova

El exterior de la nave estaba a miles de grados y un escalofrío me heló el alma. Una mirada al termómetro del interior de la cápsula me tranquilizó: ¡estaba a 17º centígrados!

Fueron 16 minutos eternos de movimientos violentos. Obviamente no pude anotar nada durante todo ese tiempo.

De repente noté cómo se liberaba la escotilla de eyección y salía despedida de la cápsula. Un par de segundos después se activaba automáticamente el sistema de paracaídas. La sensación del tirón y la cúpula blanca sobre la cabeza era una situación bien conocida por mi.

Bajo mis pies vi grandes rectángulos de cultivos, un hilo fino de un río y un gran cuenco azul de un lago.

Por un momento pensé que tendría que desplegar mi flotador hinchable que llevaba pero afortunadamente el viento me llevó hacia un llano bordeado de abedules.

Mi reloj marcaba las 11:20.

Casi inmediatamente se acercaron varios campesinos y obreros. Me quité el traje espacial y me quedé con el chandal azul.

Los camaradas que se habían acercado trajeron alimentos de las granjas y comí patatas y pan con gran apetito, bebí dos huevos crudos, probé la leche fría e incluso miel directamente del panal.

Escenas grabadas tras el aterrizaje de Valentina Tereshkova

Me sentía perfectamente. Solo un pequeño moratón en la nariz.

El equipo llegó en seguida y me pusieron en contacto con el Premier Nikita con el que mantuve una conversación sobre mi estado.

En esta foto tras el aterrizaje se pueden apreciar los moratones en la cara

Al día siguiente me reuní en las orillas del río Volga con Valery Bikovsky que había aterrizado en la región de Колчетав.

Allí estaba el Diseñador Jefe que me dijo conmovido:

Вы доказали, что советская женщина может делать все, что делают мужчины. И какие мужчины!

Has demostrado que una mujer soviética puede hacer todo lo que hacen los hombres. ¡Y qué hombres!

Serguei Paulovich Koroliov
Diseñador Jefe de la ОКБ-1
Portada del Правда el día después

La recepción en la Plaza roja fue apoteósica. El discurso de Nikita Krushov fue ahogado por el estruendo de los aplausos.

Estábamos en el podio del Mausoleo con Nikita Krushovв como una sola familia unida: seis cosmonautas: Yuri Gagarin, German Titov, Andriyan Nikolaev, Pavel Popovich, Valery Bikovsky y yo. Y junto a ellos fluía un río humano vivo que parecía no tener ni fin ni principio… Y como velas en el Volga, flotaban pancartas llenas de viento, en las que estaban escritas las palabras «¡Gloria al Partido Comunista!». Eso lo decía todo. Cada uno de nosotros tenía un carnet del Partido junto al corazón. El Partido nos educó, nos elevó al estrellato, ¡y todo lo que hemos conseguido se lo debemos al Partido Leninista!

Valentina Tereshkova

Epílogo

El texto que acabas de leer es una traducción (parcial) del diario de Valentina Tereshkova tal y como aparece en el libro mencionado, Вселенная открытый океан!.

El libro termina con esta imagen

Medalla de Piloto-Cosmonauta del ejército soviético

Si te ha gustado esta entrada, sigue leyendo la siguiente que aparecerá en una semana.

Monumento grandioso a Valentina Bladimirovna Tereshkova

Y como regalo, unas imágenes de la única estatua de la cosmonauta en España (al menos que yo sepa). Está ubicada en el paseo de los Descubridores en la madrileña localidad de Coslada.

En su mano y encima de su escafandra el libro de su vida en el que se basa esta entrada.


Notas

1 El padre de Valentina no murió en la Gran Guerra Patria (contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial) sino que murió (o más bien desapareció) en la Guerra de Invierno ruso-finlandesa a finales de 1939.
2 «Chaika» («Чайка»), es decir «Gaviota», sería el código que Valentina utilizo en su histórico vuelo del Vostok 6.
3 ЦК ДОСААФ: Центральный Комитет Добровольное Oбщество Содействия Армии, Авиации и Флоту : Comité Central de la Sociedad Voluntaria de Ayuda al Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada
4 КПСС: Коммунистическая Партия Советского Союза : Partido Comunista de la Unión Soviética
5 El cosmódromo de Baikonur fue ubicado cerca de la ciudad de Tyuratam. Con el tiempo se construiría una ciudad del mismo nombre para dar servicio al complejo espacial.

Fuentes

Вселенная открытый океан! [ ¡El universo, un océano abierto! ]. Правда, 1 de Enero de 1964.



Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: