La visita del astronauta «José Jiménez» a España.

Hace aproximadamente un año, antes de que la pandemia apareciera y cambiara nuestras vidas, participé como voluntario de Telefónica en varias actividades (alguna de las cuales me hizo llorar; pero esa es otra historia).

Una de esas actividades consistía en acompañar a un grupo de personas de la Asociación La Barandilla en una visita guiada a las exposiciones de la Fundación Telefónica en el edificio corporativo de la calle Fuencarral de Madrid.

Entre las personas asistentes había una que llevaba una sudadera con una imagen de Yuri Gagarin. Y claro… al finalizar la actividad le pregunté si sabía quién era la persona de su camiseta.

Descubrí a otro espaciotrastornado. Entre nosotros, nos reconocemos.

Tomamos una cerveza tras la visita para hablar de nuestro espaciotrastorno. Y me dijo que conoció a Alan Shepard en España. ¡Y que incluso le firmó un autógrafo en esa visita en 1991!

¿Alan Shepard estuvo en España?

No daba crédito. Tuvo que ser hace mucho tiempo ya que Shepard murió en 1998.

Aquello fue un shock. ¡Alan Shepard estuvo en Madrid! Y yo sin enterarme.

Tenía que investigar el tema… Busqué en google pero no encontraba nada. Sólo tenía el testimonio de una persona pero ninguna evidencia. Bueno, solo una. Ésta:

Autógrafo original de Alan Shepard realizado durante su visita a Madrid.

Propiedad del espaciotrastornado referenciado.

Dejé el tema ya que no avanzaba en esa investigación… Hasta hace un par de semanas en el que respondiendo a un tweet de la Estación de NASA en Robledo de Chavela sobre el aniversario del vuelo del Apollo 14 hago mención al hecho.

Y me responde un conocido con este tweet

No había caído en buscar en la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de España.

Así que dado que tengo acceso al archivo…

Os voy a contar una historia.

Visita de Alan Shepard a España

Fue el 10 de Abril de 1991 cuando el vuelo 659 de Iberia llegó a España con un pasaje muy especial (y espacial).

De las escalerillas (supongo que no había «fingers» en esa época) descendieron Alan B. Shepard (en ese momento de 74 años), primer norteamericano en el espacio y quinto en la superficie de la Luna (y solo una vez y no dos como escribió la prensa de la época), Mike Mullane, astronauta que ya había volado al espacio con el Atlantis y el Discovery, J.R. Thompson Administrador de NASA y varios directivos y representantes de la Agencia Espacial.

Alan Shepard en Madrid en Abril de 1991. Foto publicada en El País.

El motivo de esta presencia en España era la presentación de un proyecto espacial que, aprovechando la explosión cámbrica que fue el año 92 en nuestro país, hubiera traído unas instalaciones que hubieran sido el sueño hecho realidad de más de una persona.

El 6 de Diciembre de 1990 se había logrado un acuerdo en el Centro Espacial de Huntsville (Alabama) de NASA entre US Space Camp Foundation y una delegación de la empresa española Desarrollos Programados, S.A. para la cesión de derechos que hubieran permitido construir un Centro de Alta Tecnología Espacial de Formación de jóvenes, denominado Space Camp España.

De izquierda a derecha: Edward Buckbee (Dtor. del Space Camp de Alabama), Ángel Fernández Moya (Presidente de DEPROSA) y Alan Shepard (primer astronauta americano y quinto Moonwalker) tras la firma del acuerdo en Huntsville. Diciembre 1990.
Revista de aeronáutica y astronáutica nº 604

La visita a España constituía un epílogo de esa firma y la presentación en sociedad del proyecto. Space Camp España hubiera sido el cuarto (había dos en USA y uno en Japón) en el mundo.

Pero ¿qué era un Space Camp?

Según la prensa de la época:

Los centros de «Space Camp» son lugares de alta tecnología espacial de formación para jóvenes y tienen como objetivo principal introducir a la juventud en el apasionante mundo del espacio y su relación con nuestro mundo cotidiano mediante la participación y experimentación de nuevas tecnologías con avanzados simuladores y sistemas pedagógicos.

Diario 16. Edición Madrid 11 de Abril de 1991.

Aunque no era oficial la ubicación, varios periódicos de la época insinuaron que una finca de más de 1 millón de metros cuadrados en la provincia de Toledo (probablemente en Illescas) era el lugar donde se hubieran invertido una cantidad superior a los cinco mil millones de pesetas (algo más de 30 millones de €).

Edición del ABC de Madrid del 8 de Abril de 1991.

En este viaje se firmó el acuerdo definitivo entre Mike Gillespie (presidente de la Fundación Space Camp), Edward Buckbee (Director del centro de Huntsville) y Ángel Fernández Moya, presidente de Deprosa (Desarrollos Profesionales S.A.), compañía concesionaria de Space Camp en España. Alan Shepard y Mike Mullane asistieron a la firma, aunque no tengo muy claro en concepto de qué.

Y para celebrar la firma se organizó la Primera Muestra Internacional del Espacio que se celebró en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid entre los días 11 y 14 de Abril de 1991.

Si el proyecto hubiera llegado a buen puerto, en 1993 hubiéramos disfrutado de las instalaciones en España.

Publicidad en el ABC del 3 de Abril de 1991.

Varios periódicos pusieron el foco en el aspecto lúdico del complejo. Se hablaba de que los jóvenes españoles podrían convertirse en astronautas de pantalón corto. Y como ejemplo ponían a Ismael, hijo de Ángel Fernández Moya, arquitecto que iba a diseñar el «parque de atracciones». Porque eso es en lo que se hubiera convertido seguramente la iniciativa: en una especia de Terra Mítica espacial: astronautas en lugar de mitos griegos. Y ladrillo; mucho ladrillo.

Ismael tuvo la «suerte» de disfrutar unas vacaciones de cinco días en el Space Camp de Florida y volvió hablando maravillas y se había puesto unos objetivos claros: estudiar astronomía, ingeniería aeronáutica y arquitectura. No es mal objetivo tras pasar unas estupendas vacaciones… Y si no mirad el paquete de vacaciones que se ofertaba (alguno hubiéramos matado por apuntarnos).

Edición del ABC de Madrid del 28 de Abril de 1991.

No hay muchas entrevistas a Shepard durante su visita a España pero entre sus declaraciones podemos anotar éstas:

Cada vez son más los astronautas que realizan viajes espaciales y más los países que se incorporan a las aventuras interplanetarias.

Puedo asegurar que en el plazo máximo de 25 años estará funcionando la primera estación espacial americana y con ello la posibilidad de viajar personas civiles por motivos de placer o simplemente curiosidad.

Diario 16. Edición 11 de Abril de 1991.

Acertó solo en parte ya que estación espacial sí hay; pero internacional, no americana. Y lo de los viajes de placer, bueno… si tienes unos cuántos millones de dólares, quizás, Los curiosos seguimos esperando…

Shepard se vanagloriaba de ser un hombre de negocios y no vivir como una vieja gloria:

Creo que soy el único astronauta americano que nunca escribió un libro sobre la luna o publicó artículos sobre el espacio. A pesar de ello, no pasa una sola semana sin que tenga que hablar dela luna con alguien por la calle.

Diario 16. Edición 11 de Abril de 1991.
Image 1 - ALAN-SHEPARD-NASA-Astronaut-Apollo-14-JFK-Space-Stamp-Sheet-2011-Mozambique
Hoja de sellos conmemorativa tras la muerte de Alan Shepard de Mozambique.

¿Pero qué era Space Camp?

Huntsville (Alabama) fue transformada en los años 50 por el equipo de Werner von Braun y sus científicos capturados por el ejército americano al final de la Segunda Guerra Mundial.

En los años 70 del pasado siglo, von Braun era el Director del Centro de Control de Vuelo Marshall de la Agencia Espacial americana. La pasión de von Braun por los cohetes (a veces desmesurada y de nefastas consecuencias) le impulsó a crear la Fundación Space and Rocket Center que se plasmaría como un gran Museo de temática espacial donde las nuevas generaciones pudieran conocer los avances tecnológicos relacionados con la aeronáutica y la ingeniería aeroespacial. Y por qué no, de una manera divertida… y lucrativa.

En el año 1991, momento en el que se planteó su expansión por Europa (En España y Bélgica) la sede original de Huntsville disponía de más de 1500 piezas (Cohetes como el Saturno I y Saturno V, módulos lunares, una réplica de las lanzaderas, etc.).

La oferta de actividades se dividía por la edad de los participantes:

  • Space Camp: Programa de cinco días de duración para niños entre 10 y 11 años. Introducción a la historia espacial, prácticas en simuladores y una misión a bordo de una réplica del Discovery.
  • Space Academy I: Programa de cinco días de duración para jóvenes a partir de 12 años. Entre las materias impartidas estaban las aplicaciones de las microgravedad y el Telescopio Espacial Hubble. Terminaba con una misión espacial (simulada, claro).
  • Space Academy II: Programa de ocho días de duración para estudiantes entre 15 y 17 años. Era necesario un certificado médico para apuntarse ya que había pruebas físicas exigentes. Terminaba con una misión espacial simulada de 24 horas.
  • Aviation Challenger: Programa de entrenamiento destinado a la preparación como piloto espacial. Con ejercicios de simuladores y de supervivencia.

Una de las niñas participantes en el Space Academy II decía:

El trabajo es muy duro, no dejas de trabajar un minuto, pero se aprende un montón.

Yo estoy en el departamento aeroespacial; aquí estudiamos las órbitas, cómo funcionan los diferentes motores, a pilotar una nave y cosas así.

Ahora soy el piloto en el simulador, y tengo que estar segura de que todo está preparado para el aterrizaje. Si no, estrellaré a todo el mundo.

El País Semanal

Los conocimientos técnicos y científicos eran importantes, pero según la Directora pedagógica del centro la principal lección era:

El trabajo en equipo es fundamental; todo lo que hagas en la vida tienes que hacerlo con alguien. Si el trabajo de una persona de un equipo (solían ser entre 8 y 10 por grupo) no funciona, el resultado será un fracaso.

Derlene Perry-Jones. Directora Pedagógica del Space Camp.
Aspecto del Space Camp Titusville (Florida) en 1991.

En la actualidad sigue siendo un destino para visitar como Museo o para realizar diversos programas de formación en una especie de campamentos espaciales.

Visitad la web del actual Space Camp de Huntsville y llorad conmigo de lo que nos perdimos en España.

Pero ¿Quién era José Jiménez y que tiene que ver con esto?

José Jiménez fue un personaje de ficción creado por el actor Bill Dana que aparecía en el papel del astronauta cobarde en el Show de Steve Allen durante los comienzos del Programa Mercury.

Hoy día sería considerado como políticamente incorrecto, pero los finales de los 50 y principios de los 60 eran otros tiempos.

Escena de la película «The right stuff» («Elegidos para la Gloria«) donde se ve al actor Bill Dana como el astronauta José Jiménez.

El entrenamiento de los siete del Mercury fue muy duro, durísimo. Sufrieron todo tipo de pruebas. John Glenn solía decir a los periodistas que todo orificio que existe en el cuerpo humano era susceptible de ser usado para algún tipo de test médico….

Y no olvidemos que los 7 (‘Al’, ‘Gus’, John, Scott, ‘Wally’, ‘Gordo’ y ‘Deke’) eran pilotos.

Si mantienes a un piloto en tierra el tiempo suficiente, hará casi cualquier cosa para salir de su aburrimiento. Cada oportunidad que tenían, los astronautas se dirigían en tropel al garito donde Dana realizaba su show y se unían a él en el escenario entre habanos y lingotazos para improvisar chistes con él.

Cada vez que Shepard oía «José Jimeeénez» dicho por aquel tipo enfundado en un brillante traje de astronauta y con ese tonillo lánguido se partía de risa.

Light this Candle.

Mucho tiempo después, ya retirados de NASA, seguían reuniéndose en cenas y fiestas con el actor.

De izquierda a derecha: Deke Slayton, Alan Shepard, Bill Dana, Scott Carpenter, Wally Sc
hirra, Gordo Cooper y John Glenn. Falta Gus Grissom que murió en el incendio del Apolo 1.

En la siguiente escena de la imprescindible película «Elegidos para la gloria» («The right stuff«) el actor Scott Glenn que interpreta al astronauta Alan Shepard se recrea imitando a José Jiménez mientras enfila hacia la cubierta de un portaviones para aterrizar.

Y sumamos otra anécdota del Alan Shepard real donde deja manifiesta su admiración por el personaje.

El día 5 de Mayo de 1961 Alan Shepard se levantó temprano.

Como cualquier otro día, Shepard sonrió al espejo mientras se afeitaba y duchaba. Inmediatamente después se metió entre pecho y espalda el desayuno que constaba de un Filet Mignon, huevos,zumo de naranja y té (Estableciendo una tradición para los siguientes lanzamientos. Los rusos son de mear en las ruedas del bus).

Al terminar de desayunar se entregó a la merced de los médicos, que le pusieron agujas, sensores y otro tipo de artefactos en lugares que mejor no sean mencionados.

Pasadas las 4:00 AM se vistió con su traje plateado de piloto astronauta y salió del hangar S con Bill Douglas y Gus Grissom hacia la plataforma del lanzamiento. La camioneta utilizada para el traslado era una especie de «furgoneta estrecha de ganado» en palabras del propio Alan.

De repente, Shepard se volvió hacia Gus y, parodiando a Bill Dana, preguntó con el acento mexicano de José Jiménez:

> «Hey, Gus, ¿Sabes lo que realmente se necesita para ser un astronauta?».

> «No, José», replicó Gus. «Dime».

> «Debes tener coraje, la correcta presión arterial y cuatro patas». (Recordad leerlo con acento mexicano).

> «¿Por qué cuatro patas, José?».

> «Porque realmente querían enviar un perro, pero decidieron que era demasiado cruel».

Esta escena tuvo lugar en el trayecto hacia el cohete Redstone en las horas previas al lanzamiento según escribe el propio Alan Shepard en el libro Moonshoot. Turner Publishing 19944.

Así que bien podemos decir que el astronauta José Jiménez visitó España en 1991 para traernos un centro de diversión y tecnológico que se quedó en agua de borrajas (como dicen en mi tierra). Los verdaderos motivos del fracaso del proyecto no son públicos pero es posible hacerse una idea consultando periódicos posteriores al evento y todo apunta a un mal endémico de nuestro país).

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Alan Shepard haciendo el payaso.

La fusión del Comandante de hielo.

Alan Shepard, «El rey de los 7» en palabras de Tom Wolfe, es el único astronauta del Mercury que no escribió (bueno, publicó) su autobiografía.

La imagen que se dio de él en los años del proyecto estaba edulcorada y coloreada por la revista LIFE que tenía la exclusiva sobre la imagen de los astronautas (por la que había pagado generosamente).

La imagen de Shepard (y de todos los astronautas del Mercury): Sonrisas y Felicidad.

A finales de los 70 y principios de los 80, sobre todo con la visión que el novelista Tom Wolfe dio de los primeros años de la carrera espacial, todo cambió. Los astronautas y pilotos de prueba pasaron a ser unos seres caprichosos, vividores y mujeriegos. Sí, les gustaba vivir al límite. Tenían una profesión de altísimo riesgo y lo sabían. Y les dejaban hacer…

El actor Jake McDorman en el papel de Alan Shepard en la serie «The right stuff» de Disney de 2020.

No voy a entrar en esa época pues podéis leer el libro de Wolfe (mejor que la película y, por supuesto, mucho mejor que la serie de Disney) y sacar vuestras propias conclusiones. La opinión de Shepard sobre el libro era clara: Lo odiaba. No perdonaba a Tom Wolfe que hubiera escrito un libro sobre ellos sin ni siquiera haber entrevistado a ninguno de los astronautas.

Voy a dar unas pinceladas del último Alan Shepard, del que vino a España en el año 1991.

El libro y la película de 1983 puso a los seis supervivientes del Mercury (Gus Grissom murió en 1967) en el candelero. Aconsejados por un amigo y la ola de popularidad decidieron crear una Fundación con el objetivo de recaudar fondos para becar estudios de jóvenes interesados en la Ciencia y la ingeniería.

El lanzamiento inicial de la Fundación fue como el de este cohete Atlas del Proyecto Mercury.

Tardó en cuajar la fundación. Un evento histórico y trágico fue el detonante de la implicación de Shepard en el proyecto: la tragedia del Challenger en 1986.

O más que la tragedia, el tipo de prácticas que habían llevado a la tragedia. El mismo tipo de prácticas que llevaron a la tragedia del Apollo 1 y a la muerte de su amigo Gus. La falta de control y de calidad en los procesos de NASA, las presiones por cumplir las fechas, etc… Un déjà vu.

Comenzó a involucrarse en la languideciente Fundación que habían creado. Se puso a la cabeza del proyecto con el objeto de inspirar a las jóvenes generaciones e implicarles en la aventura espacial y «sembrar» futuros ingenieros que evitaran tragedias como la que se acaba de vivir.

Pero eso no fue todo.

Shepard descubrió un reto más grande que hacer dinero (sus inversiones en Texas le habían hecho millonario) y ese reto no era otro que desprenderse del dinero.

Light the Candle.

Creó una escuela para niños sordos y para ello donó y recaudó fondos en diversos actos sociales y sobre todo en torneos de golf. Se convirtió en un altruista que donaba dinero a diversas causas (enfermos, afectados por tragedias meteorológicas, incluso a otros astronautas).

Otro signo del cambio del Comandante de hielo (como le llamaban en los años del Mercury) fue la colaboración con Deke Slayton para escribir el libro Moonshot. Shepard no gustaba de contar aspectos de su vida privada pero al enterarse del cáncer cerebral terminal de Deke le dijo que si eso le ayudaba podía contar con él. Deke murió antes de ver publicado el libro. Alan se implicó en la promoción pues sabía que el sueldo de astronauta no daba para retiros holgados (de todos es conocido que los seguros de vida de los astronautas eran sufragados con material autografiado que los astronautas llevaban al espacio y luego vendían) y el dinero de las ventas sería una gran ayuda para la viuda de Deke, Bobbie y su familia.

El corazón del otrora llamado Comandante de hielo había empezado a fundirse…

Shepard y su mujer, Louise, se desprendieron de los negocios texanos y se retiraron a un pequeño pueblo de California donde entre el golf y los actos benéficos querían recuperar el tiempo pasado,

Pero duró poco, Shepard fue diagnosticado de leucemia en 1996 y murió en 1998.

Este año se celebrará el 60 aniversario de su histórico vuelo de 15 minutos en 1961.

Sello estadounidense homenaje a su primer astronauta, Alan Shepard.

Y cierro este homenaje con las palabras que le dedicó su feroz competidor y, al final, amigo, John Glenn en las exequias tras la muerte del primer americano en el espacio.

Oh! I have slipped the surly bonds of Earth
And danced the skies on laughter-silvered wings;
Sunward I’ve climbed, and joined the tumbling mirth
Of sun-split clouds, – and done a hundred things
You have not dreamed of – wheeled and soared and swung
High in the sunlit silence. Hov’ring there,
I’ve chased the shouting wind along, and flung
My eager craft through footless halls of air…

Up, up the long, delirious burning blue
I’ve topped the wind-swept heights with easy grace
Where never lark, or ever eagle flew –
And, while with silent, lifting mind I’ve trod
The high untrespassed sanctity of space,
Put out my hand, and touched the face of God.

Poema de John Gillespie Magee, Piloto americano que murió en la Segunda Guerra Mundial

No tengo una grabación de la lectura del poema por parte de John Glenn pero si te vale Rusell Crowe en la película High Flight podrás comprobar la belleza del mismo.

El poema de los aviadores y los astronautas.

Referencias

Revistas LIFE. 1957-1963.

La conquista del espacio sideral. (Relatos de astronautas del Mercury).Ediciones Peuser. 1961.

Moonshot. Alan Shepard & Deke Slayton. Turner Publishing, 1994. ISBN: 1-57036-167-3

Prensa diaria de la época: ABC, El País, Diario 16. Mayo/Junio 1991

Revista de Aeronáutica y Astronáutica. Núm. 604. Junio 1991.

Light this Candle. The Life and times of Alan Shepard. Neal Thompson. Crown. 2007.ISBN: 1-40008-122-X



Una respuesta a “La visita del astronauta «José Jiménez» a España.”

  1. Leo ahora esto Rafa, y he alucinado como tuviste que alucinar tú cuando te enteraste y escribiste esto.
    Gracias por traernoslo 🙂
    Saludos,
    Juan Carlos Gil
    @ApuntesCiencia

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Físico por formación, astrónomo por devoción, ingeniero por alimentación, poeta por necesidad.

Diletante eterno, efímero polímata

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